De antigua data, la controversia sobre el potencial efecto que los videojuegos violentos pueden tener en la población ha enfrentado a partidarios y opositores de limitar, de diferentes formas, la exposición de los jugadores a imágenes o conceptos sanguinarios. Un debate que se hace cada vez más candente a medida que el realismo de las nuevas consolas sigue progresando.

Sin embargo, esta vez el debate se trasladó al ámbito financiero, cuando el Gobierno de Estados Unidos dio su aprobación preliminar a una propuesta presentada por 19 líderes religiosos para que se estipule un impuesto especial a los videojuegos considerados violentos, elevando su precio a los consumidores como una forma de desincentivar su uso.

No veo ninguna razón legal por lo que esto no pueda hacerse“, declaró el vicepresidente Joe Biden durante una reunión especial en la Casa Blanca sobre estrategias para el control de armas. En la ocasión incluso se extendió esta posibilidad a gravar también las películas y programas de TV con violencia.

El reverendo Franklin Graham, principal impulsor de la idea, propuso que los fondos recaudados por este concepto podrían ir a las víctimas de la violencia y sus familias, consigna el sitio especializado IGN.

Pese a esto, aún no hay una moción legislativa formal para establecer este impuesto. De hecho, Biden solicitó que se realicen mayores estudios sobre los verdaderos efectos que pueden tener los videojuegos violentos sobre las mentes de niños y jóvenes.