Los chilenos tenemos memoria corta. Son tantos los que no se acuerdan del terremoto y del maremoto, pero claro, son aquellos que no lo sufrieron, porque los que estaban en la costa chilena, aquellos que sintieron ese movimiento tremendo de 8.8 grados y sufrieron de familiares o amigos muertos, sí se acuerdan. El resto lo recordó ahora, con una semana de audiencias y diversas reacciones.

Y es que la decisión del juez Ponciano Sallés de mantener la investigación sobre cuatro autoridades que pedían sobreseimiento, es decir, quedar libres de “polvo y paja”, generó perdedores y ganadores. Los primeros derrotados, obviamente los formalizados, ya que no solo se les mantuvieron los cargos, sino que además el juez emitió duros juicios contra el actuar de cada uno de ellos asegurando que “no aportaron en nada” y que “tuvieron miedo de tomar una decisión por efectos políticos”.

¿Quiénes perdieron más con la resolución del tribunal? En primer lugar la Concertación. Primero, porque dos de los imputados cumplían cargos políticos durante su gobierno y por eso pretendían acabar con la arista política de este juicio, lo que no sucedió; y segundo, porque también fue acogida la tramitación de querella contra Michelle Bachelet. Pero también cayó “el lobby”, funcionarios de empresas que querían manejar las aristas del caso y no pudieron, como también la Armada de Chile.

Todos los detalles sobre el tema y sus alcances en el comentario de Tomás Mosciatti.