El telescopio espacial Kepler, uno de los principales esfuerzos de la NASA por indagar en las profundidades del universo y descubridor de más de 2.700 planetas ajenos al sistema solar, está sufriendo un grave fallo que podría terminar con sus días de aventuras.

Según informó la agencia estadounidense, ya son dos de las cuatro ruedas de orientación del telescopio las que han dejado de funcionar. Sin ellas, es imposible que el dispositivo logre enfocar con suficiente precisión para descubrir nuevos planetas.

Esto se debe a que Kepler capta los minúsculos cambios en la luminosidad de las estrellas para determinar la existencia de planetas orbitándolas. Para asegurar esta funcionalidad, el telescopio estaba dotado de 3 ruedas funcionales y 1 de repuesto. La primera de ellas falló en julio de 2012, dejando al telescopio sin margen de error. Por desgracia al fallar esta segunda rueda, posiblemente debido a la fuerte fricción, la nave carece de recursos suficientes para ajustar su mirada.

“Desafortunadamente, esto era algo que sabíamos que acabaría por ocurrir”, indicó el jefe científico de la NASA, John Grunsfeld, según recoge Space.com

Los ingenieros de la NASA continúan haciendo esfuerzos para recuperar la movilidad en al menos uno de los mecanismos. Sin embargo aunque no lo logren, el telescopio Kepler aún podría prestar cierta utilidad verificando los datos que logró captar durante sus poco más de 3 años de servicio.

Cabe consignar que el telescopio espacial había extendido su misión hasta 2016, de los 3.5 años de vida útil para los que había sido concebido inicialmente.