La oficina local del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos de la ONU y la Iglesia católica llamaron este miércoles por separado al diálogo al Gobierno boliviano y a la Central Obrera (COB), en el décimo día de una huelga marcada por enfrentamientos.

La ONU pidió a ambos “que se empeñen en un diálogo franco y constructivo que conduzca a acuerdos satisfactorios para todas las partes, renunciando a todo tipo de acto violento y conducta susceptible de vulnerar los derechos humanos del conjunto de la sociedad”.

En el mismo sentido, la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) convocó “a los dirigentes de los trabajadores y a las autoridades del Gobierno Nacional a esmerarse en un diálogo sincero y constructivo”.

El llamado coincide con violentas manifestaciones de los agremiados en la COB con uso de dinamita, petardos, quema de llantas, barricadas callejeras y corte de rutas, repelidas por la policía antimotines con gases lacrimógenos y carros lanza agua.

La ONU enfatizó que “el uso frecuente de dinamita por parte de ciertos manifestantes” viola una reciente norma que prohibe el uso de explosivos en las protestas sociales.

A su vez, la COB llamó a movilizaciones diarias a pesar de que instaló una mesa de diálogo con el Gobierno respecto a mejoras en el pago de jubilaciones de los trabajadores en diversas escalas.

En medio del conflicto, sectores radicalizados volaron parcialmente un puente con explosivos, trasladaron dinamita en ambulancias y tomaron rehenes a tres policías. Por su parte, las autoridades detuvieron a más de 300 manifestantes, liberados posteriormente por la justicia.

El Gobierno denunció este miércoles planes desestabilizadores en su contra, acusaciones que la COB negó de inmediato.