Es un infaltable en los carretes, fiestas y malones de los chilenos, quienes suelen mezclarlo con bebidas de fantasía, en su variante sour o sin acompañamientos -en el caso de los más aguerridos-.

El 15 de mayo de 1931, fecha en que se celebra en nuestro país el Día del Pisco, se estableció que éste se elabora en las regiones de Atacama y Coquimbo a través del Decreto con Fuerza de Ley 181.

Internacionalmente el pisco es a Chile lo que el tequila es a México, logrando un reconocimiento mundial y el deseo de muchos de perder la razón ahogados en este líquido.

Sin embargo, si en algún momento el salitre fue el que propició la Guerra del Pacífico, una batalla lejos del belicismo pero que no se extingue es la “propiedad” que se reclama sobre este producto tanto en nuestro país como en Perú.

Para Chile, la denominación “pisco” es genérica tanto para la producción en territorio nacional como para el que se elabora por nuestros vecinos.

Sin embargo, dicho país aún no reconoce otro productor autorizado del pisco, el que reclaman como suyo por tradición e historia.

Luis Mantilla, dueño de la Pisquería Don Luis de Lima, aseguró que la estrategia comercial de Chile pesó por sobre la peruana, por lo que mundialmente se lo reconoce como de origen chileno, según consigna El Mundo de España. De acuerdo a Mantilla, documentos que datarían de 1613 evidencian la elaboración en ese tiempo del aguardiente de uva.

Además, lo que se reclama en Perú es que el nombre es una denominación de origen debido al nombre de la zona donde los españoles habrían iniciado la plantación de vides con las que buscaban producir vino, obteniendo a cambio este aguardiente.

El escritor y folclorista Oreste Plath señala que la producción chilena se concentró en la provincia de Elqui, en donde se habría obtenido el nombre por las vasijas provenientes de Perú en las cuales se trasladaban las primeras muestras del “legítimo aguardiente de Pisco”.

Y pese al posicionamiento internacional que ha logrado Chile, la producción y exportación del pisco ha tendido a la baja, mientras que Perú ha arremetido con fuerza para recuperar el territorio perdido en los mercados internacionales.

En este sentido la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias del Ministerio de Agricultura reconoció que el volumen de las exportaciones se redujo en un 75% en enero de 2013 en comparación al mismo mes de 2012. Lo anterior se atribuye a la baja de envíos a Estados Unidos y Francia.

Esto no impide que nuevos actores participen activamente en la compra del pisco, como China, Reino Unido, Bélgica y Lituania.

La contienda parece que está lejos de cesar mientras chilenos y peruanos, con el vaso en la mano, esgrimen sus razones para que el mundo los reconozca como auténticos elaboradores.

¿Crees que importa de dónde proviene el pisco para disfrutarlo?