Estados Unidos decidió este viernes evacuar a parte del personal de su embajada en Trípoli por razones de seguridad, siguiendo el camino de Gran Bretaña, en medio de una de las crisis políticas más graves en Libia tras la caída del régimen de Muamar Gadafi.

El Departamento de Estado confirmó este viernes la “partida de Libia de un puñado de empleados”, al tiempo que aseguró que “la embajada permanece abierta y en funcionamiento”.

Las autoridades estadounidenses justificaron la medida por el deterioro de las condiciones de seguridad en la capital libia luego del asedio a dos ministerios por parte de grupos armados.

Atentados con bombas contra dos comisarías de policía en Bengasi (este), donde crece el enfrentamiento entre las fuerzas de seguridad libias y milicias armadas, dan cuenta de ese clima.

El Reino Unido había decidido más temprano retirar “temporalmente” una parte del personal de su embajada en Trípoli por las mismas razones, según anunció el ministerio británico de Relaciones Exteriores.

Grupos de milicianos asedian desde hace más de 10 días los ministerios de Justicia y de Relaciones Exteriores a pesar de la adopción de una controvertida ley que reclamaban y que excluirá de la vida política a quienes ocuparon cargos públicos durante la gestión de Gadafi.