Trabajadores de la industria pesquera de la región, piden al gobierno igual trato que el que ha tenido el sector artesanal debido a la crisis de la sardina y anchoveta. Dicen que es urgente un incentivo a las empresas para mantener el empleo y el pago de un bono de emergencia a quienes sean despedidos.

Son asociados a la Federación de Sindicatos de Plantas de Consumo Humano de Coronel y Talcahuano (Festrach), con 550 trabajadores con contrato indefinido, y más de 1.200 eventuales y a plazo fijo.

Raúl Morales, presidente del gremio, dijo que tras un encuentro con el intendente hace dos semanas se comprometió la conformación de una mesa de trabajo, pero ésta no se ha concretado. Afirmó que la situación económica que enfrentan es crítica.

En la planta de harina de la pesquera Blumar, en Isla Rocuant de Talcahuano se han registrado los primeros despidos derivados de la falta de recurso, confirmó el presidente del sindicato 2 de la empresa, Alfonso Arévalo.

Pedro Rodriguez, secretario de la federación, apuntó que para desgracia del sector, la crisis no es sólo de la sardina y anchoveta, pues a fines de mayo se termina la cuota de jurel, y la merluza que hoy se está capturando es tan pequeña que cabe en una mano. Por esto, llamó al gobierno a intervenir.

Piden al gobierno entregar a la industria pesquera una bonificación a la mano de obra, no inferior a seis meses y que cubra el 50 por ciento de las remuneraciónes que percibían en 2012. También un bono a los trabajadores, que supla el 50 por ciento de baja que han presentado sus sueldos.

Solicitan becas escolares para los hijos de trabajadores en la educación superior, y un bono de emergencia de 250 mil pesos para quienes hayan sido despedidos desde el 1 de abril, mientras esperan recibir los beneficios de la nueva ley de pesca.