El Giro de Italia arranca este sábado de Nápoles con la promesa de un duelo apretado entre el británico Bradley Wiggins y el italiano Vincenzo Nibali, dos corredores muy distintos que aspiran a la victoria final el 25 de mayo en Brescia (norte).

El británico es ante todo un rodador, mientras que el italiano es más escalador. Uno corre por tanto a la defensiva, mientras que el otro privilegiará el ataque, confiado en su temple. Entre un Wiggins calculador y un Nibali instintivo, el pulso se anuncia interesante en los 3.454 kilómetros de esta 96ª edición.

“Nunca seré un escalador, pero tengo mi nombre en el palmarés del Tour”, recuerda Wiggins, que se ha fijado el objetivo del Giro para motivarse de nuevo tras su éxito del pasado verano en el Tour de Francia.

“Voy a tomar la salida exactamente con la forma que deseaba”, confía el británico, de 33 años.

La reciente Vuelta al Trentino, en la que fue 5º, con una victoria en la contrarreloj por equipos, borró las dudas sobre un comienzo de temporada discreto.

Además dispone de un equipo todoterreno, sobre todo en la montaña, con los colombianos Sergio Luis Henao y Rigoberto Urán. Otra ventaja para él son las dos contrarrelojes individuales (75,4 km en total), en las que podría marcar una diferencia para luego defenderse con más margen en la alta montaña.

Dada la buena forma del siciliano, Wiggins cree no obstante que “Nibali es claramente el hombre a batir”.

“Estoy convencido de que puedo ganar, pero también sé que es difícil”, responde el interesado, vencedor de la Vuelta a España en 2010 pero limitado al podio en las siguientes grandes vueltas (2º en el Giro 2011, 3º en el Tour 2012).

Nibali, un corredor completo y muy veloz en los descensos, ha llegado a la madurez a sus 28 años de edad. Este año se ha preparado en Tenerife, lo que se ve que le ha venido muy bien para ganar la Vuelta al Trentino, concluida el pasado 19 de abril.

El italiano del Astana también dispone de un equipo muy completo, que le ofrece posibilidades estratégicas en montaña (Aru, Tiralongo, Kessiakoff, Agnoli), y afirma optimista que está “listo para la batalla”.

El diario organizador, La Gazzetta dello Sport, amplió este viernes el abanico de pretendientes a la maglia rosa a otros cinco corredores. Dos de entre ellos ganaron las dos últimas ediciones, el italiano Michele Scarponi (en 2011, tras la descalificación por dopaje del español Alberto Contador) y el canadiense Ryder Hesjedal (2012).

Completan el panel de favoritos el veterano australiano Cadel Evans (36 años), vencedor del Tour 2011 que afirma querer una plaza en el podio de una prueba con la que no contó inicialmente, el español Samuel Sánchez y el escalador holandés Robert Gesink.

En total, según los organizadores, 173 países han previsto retransmitir el evento, que empezará seguramente con una llegada al esprint en la via Caracciolo, a orillas de la bahía de Nápoles. Una ocasión de oro para el británico Mark Cavendish, vencedor de diez etapas en el Giro desde 2008.

Pero el Giro será también una competición llena de trampas y sorpresas, como las muchas que ha protagonizado una carrera de más de un siglo de antigüedad en la que se han recorrido, desde 1909, 342.208 kilómetros.