Decenas de miles de mexicanos se manifestaron este miércoles en el Día de los Trabajadores para reclamar mejores condiciones laborales, con incidentes puntuales en algunas zonas del país como el conflictivo estado de Guerrero (sur), donde maestros se enfrentaron con la policía.

En Ciudad de México, varias manifestaciones convocadas por diversos sindicatos confluyeron en la Plaza del Zócalo, en el centro histórico, donde expresaron sus demandas de mejores condiciones y su rechazo a una reforma laboral aprobada el año pasado a la que acusan de flexibilizar la contratación y despido de trabajadores.

Tras la concentración, la Policía tomó el Zócalo para evitar que se instalara un grupo de maestros llegados de otras regiones del país.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, viaja el jueves a México y está previsto que se reúna con su homólogo Enrique Peña Nieto en el Palacio Nacional, situado en el Zócalo capitalino.

En un evento público, Peña Nieto reconoció este miércoles que en México (112 millones de habitantes) tres de cada cinco empleos son informales y que esos trabajadores reciben un ingreso 44% inferior en promedio a los empleados formales.

El presidente, que asumió en diciembre, comprometió a su gobierno a concentrarse en la creación de empleos formales y “facilitar la transición hacia la formalidad laboral”.

En Guerrero, miles de maestros que llevan más de un mes en huelga y viviendo en un campamento en la capital estatal, Chilpancingo, marcharon de nuevo contra una reforma educativa nacional, aprobada en diciembre pasado, que creen que vulnera sus derechos laborales.

En la manifestación, que se desarrolló de forma pacífica, también participaron unos 150 integrantes de la policía comunitaria de Guerrero, sin armas de fuego pero algunos de ellos luciendo machetes.

Esta milicias, que resguardan sus propias comunidades indígenas, apoya a los maestros en sus protestas.

Al término de la marcha, un grupo de docentes y miembros de otras organizaciones sociales se enfrentaron con la policía frente a la residencia del gobernador estatal, Ángel Aguirre, a quien acusan de obstaculizar el cumplimiento de sus demandas.

En la trifulca hubo lanzamiento de piedras y pequeños cohetes pero no se registró ningún herido ni detenido.

Las autoridades locales también acusaron a los maestros de dañar una quincena de vehículos oficiales.

En su campaña de protestas, los profesores han llegado a asaltar las sedes locales de los principales partidos y a bloquear en varias ocasiones la autopista que une Ciudad de México con la turística Acapulco (Guerrero).

Otra marcha de unos 5.000 maestros y trabajadores en la ciudad de Oaxaca (Sur), capital del estado homónimo y vecino de Guerrero, también concluyó con un enfrentamiento entre personas encapuchadas y la policía municipal, que se saldó con 27 detenciones.

Posteriormente, los maestros se deslindaron del grupo de detenidos, a los que tacharon de infiltrados.