Diversas medidas de mitigación estudian las autoridades para hacer frente a un cuarto año de sequía, que ya evidencia sus primeras consecuencias en el norte del país, donde se prioriza el consumo de agua potable, mientras se espera la llegada de lluvias naturales o las que genere la “siembra” artificial de nubes.

Para el mes de abril y mayo la dirección Meteorológica de Chile estimaba que como promedio la temperatura máxima alcanzaría los 22 y 23 grados. Sin embargo, estuvo entre 1,5 y dos grados más alta, como ha sido la tónica durante lo que va del año y lo que se proyecta hasta diciembre.

El Jefe de la Oficina de Estudios de la Dirección Metereológica de Chile, Juan Antonio Ramírez, señaló que los sistemas frontales tienden a trasladarse de sur a norte, y en ese tramo se van debilitando, por lo que la probabilidad que llueva es menor a medida que avanzan estos frentes.

El secretario Ejecutivo de la Comisión de Riego del Ministerio de Agricultura, Felipe Martin, indicó que como ya se conocía de esta tendencia hacia la sequía se han estudiado y aplicado una serie de políticas para resguardar los recursos hídricos.