La fiscalía de Francia pidió este viernes cuatro años de prisión para el presunto coautor de una violenta agresión racista en París, contra un hombre a quien habrían golpeado por ser de raza blanca.

El acusado admitió los hechos, pero negó haber proferido insultos racistas como “blanco asqueroso”.

Según el acusado, la víctima había atribuido los insultos racistas al otro agresor, que se encuentra huido y sin identificar.

En septiembre de 2010, la víctima fue golpeada por una primera persona en el andén de un tren de cercanías de la estación del Norte, en París.

El primer agresor, tras lanzar al suelo a la víctima, recibió la ayuda de otro hombre que golpeó a ésta con un objeto contundente con el que le abrió una brecha de 15 cm en la mejilla.

Antes de huir, los dos agresores habrían llamado a la víctima “blanco asqueroso” y “francés asqueroso”, según varios testigos, aunque algunos sólo atribuyen los insultos al coautor de los hechos y no a quien se encuentra huido.

“No veo por qué hoy no habría que aplicar la ley sólo porque esas palabras traten a un blanco de francés asqueroso”, explicó la representante del ministerio público, que defendió que “la ley es la misma para todos”.

La Liga Internacional Contra el Racismo y el Antisemitismo (Licra) se personó en este caso, cuya sentencia se publicará en junio.

El presidente del partido opositor conservador UMP, Jean-François Copé, provocó una polémica el año pasado al hablar de la existencia en algunas ciudades francesas de un racismo “antiblancos”, concepto al que la extrema derecha aludía desde hacía tiempo.

Según los expertos, este fenómeno es limitado. En un sondeo de 2009, el 16% de los franceses nacidos en Francia de padres franceses (no necesariamente blancos) dijeron haber sido víctimas de calificaciones o comportamientos racistas. Mientras, los descendientes de inmigrantes magrebíes dicen haber sido a menudo víctimas de discriminaciones.