En 2011, el director Osvaldo Oyarce, tenía todo listo para comenzar la grabación de su película ‘Estoy en Dicom’, sin embargo ese mismo año Equifax interpuso una demanda en contra de la película, ya que sería igual al nombre de una obra realizada por un funcionario de la empresa.

La película que, según su sitio, cuenta con la participación de Julio González Littin, Begoña Basauri, María José Bello, Matías Stevens, entre otros, trata de la vida de Bartolo, “un joven informático que lucha por mantener el amor de su familia en un mundo consumista y competitivo. Éste se ve envuelto en un sinnúmero de episodios que lo dejan en bancarrota perdiendo todo lo que tiene, incluso su libertad. En la cárcel se enfrentará a todos sus miedos, pero saldrá fortalecido con una idea que lo ayudará a cumplir su gran sueño: eliminar las deudas de todos los chilenos”.

A raíz de esto, el director señaló a Terra que “La empresa Dicom intentó forzosamente impedir la realización de la película durante el año 2011 y gran parte del 2012. En una primera instancia solicitando la renovación del dominio de internet ‘www.estoyendicom.cl’ y, por otro lado, presentando una querella formal criminal en mi contra y mi mujer, en la que solicitaba cárcel por supuestos delitos de propiedad intelectual”.

También indicó que “esta situación llevó al Senado a respaldar la realización de la película con un proyecto de acuerdo en el que solicitaba el patrocinio y respaldo jurídico del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, en un hecho inédito”.

Para su fortuna, las demandas de renovación del dominio y la querella criminal fallaron a favor del proyecto, solucionando todo tema pendiente en octubre del 2012.

Oyarce indicó que este hecho les generó bastante daño moral, “puso en duda la realización de la película, alejando a varios interesados en invertir en el proyecto, lo que en su momento también nos trajo problemas en cumplir con compromisos con el equipo realizador, y como resultado final el retraso en nuestros objetivos de estrenar la película durante el 2012.

Pese a este gran inconveniente, del que lamenta el tiempo y los recursos perdidos, destaca que “finalmente la justicia nos dio la razón: la película no puede ser censurada”.

Las filmaciones se retomarán en el último trimestre de este año. Cabe mencionar que esta cinta es auspiciada con fondos de Empresas Buena Onda y personas comunes cuya recompensa es salir en los créditos de la película. El proyecto que pretende representar de algún modo a los miles de chilenos endeudados espera llegar a los cines en 2014.