Una poderosa explosión se produjo el miércoles por la noche en una planta de fertilizantes cerca de Waco en Texas, sur de Estados Unidos, cuya onda expansiva dañó numerosas viviendas de los alrededores y dejó un saldo provisorio de entre 5 y 15 muertos y más de 160 heridos, según un primer balance oficial anunciado este jueves.

La explosión provocó una bola de fuego de unos 30 metros de ancho que luego dio paso a una nube en forma de hongo, según testigos. “Es como si una bomba nuclear hubiera estallado”, declaró a CNN Tommy Muska, el alcalde de West, localidad de unos 2.500 personas en la que se produjo la catástrofe.

El balance “es estimado por el momento en entre cinco y 15 muertos”, dijo ante la prensa el sargento Patrick Swanton, precisando que estas cifras pueden variar con el correr de las horas.

Informó además que más de 160 personas habían sido tratadas en los tres hospitales de la región por presentar heridas de diversa entidad.

Anteriormente, la cadena local KWTX y un responsable de un hospital de Waco habían informado que el número de muertos podría ascender a entre 60 y 70 personas, citando ambos al director de los servicios de urgencia de West, George Smith.

Interrogado posteriormente por esa cifra de víctimas, D.L. Wilson, portavoz de Seguridad Pública de Texas, dijo que no podía “confirmar ni desmentir” ese dato. “Hay muertos. El número aún no es definitivo. Podría aumentar rápidamente. Las investigaciones están en marcha”.

Jessica Turner, geofísica del Instituto Geofísico de Estados Unidos (USGS), dijo a la AFP que los expertos estimaron la magnitud de la explosión en 2,1.

El estallido se produjo en una fábrica de fertilizantes el miércoles hacia las 20:00 horas (23:OO hora de Chile del jueves), indicó telefónicamente a la AFP el portavoz de los bomberos Don Yeager, precisando que el origen aún no ha sido establecido.

“La explosión provocó el incendio de estructuras adyacentes a la fábrica”, dijo Yeager.

El siniestro ocurre dos días después del atentado perpetrado en la línea de llegada de un maratón en Boston (noreste) que dejó tres muertos y más de 180 heridos.

“Los bomberos no pueden luchar contra el fuego por el momento… Están en la zona pero no pueden acercarse debido al humo tóxico que se desprende”, explicó Wilson.

“Es una escena de devastación”, precisó por su lado Patrick Swanton, de la policía de Waco, subrayando que se desconoce el origen del incendio y que era imposible a esta altura decir si se trata de un accidente o de un acto criminal.

“La situación evoluciona permanentemente”, indicó en tanto a la AFP Josh Havens, portavoz de Rick Perry, gobernador de Texas.

“Apenas esté apagado el incendio y que nuestro equipos puedan evaluar la situación en la planta y en los alrededores, sabremos más”, agregó.

Según la prensa local, las ventanas de las viviendas en los alrededores estallaron por la onda expansiva de la explosión. Un testigo, Bill Bohannan, contó al Waco Tribune-Herald que “cada vivienda en unas cuatro calles alrededor fue afectada”.

Crystal Anthony, quien integra la junta del distrito escolar de West, dijo que ella y su hija fueron “arrojadas” por la fuerza de la explosión a pesar de que estaban a varias cuadras de la planta.

Un recepcionista de un hotel cercano dijo que al parecer se presentó “un pequeño incendio y luego la explosión cuando el agua entró en contacto con el amoniaco” que se utilizaba en la planta.

El próximo viernes se cumplen 20 años de la muerte de más de 80 personas en Waco como resultado del asalto de las autoridades contra el rancho de la secta de los Davidianos.