Sebastián Jatz es un artista completo y complejo. Músico, artista visual y actor, pero sobre todo una persona inquieta, que le gusta experimentar y que las personas experimenten. Le gusta aprender y cambiar. Asombrarse.

Cien acordes geométricos está instalada en la vitrina que la empresa Puma tiene en el GAM hacia la Alameda. Ahí instaló básicamente un piano donde durante 90 días y hasta el 23 de abril, casi todos los días se sube una persona para tocar uno o dos acordes durante desde una a seis horas seguidas.

La partitura de esta obra está puesta en el vidrio de la vitrina. La música desde afuera casi no se escucha, pero quien está en el interior de la vitrina (el ejecutante o quien quiera entrar) escucha este acorde continuo y empieza a escuchar la diversidad y riqueza que contiene y, como en un rezo o un canto religioso o para meditar, entra en otro estado de conciencia. O al menos eso le ha pasado a varios.

Por esto entrevistamos a Sebastián Jatz, un artista que, cada vez que monta o participa de una obra

Cuéntame sobre Cien acordes geométricos extendidos en la vitrina de Puma

Cien acordes geométricos extendidos esta en el marco de un concurso que hizo Puma el año pasado. Participé y gané el premio del público.

Es una obra que es un homenaje a John Cage, porque este año voy a cerrar un periodo trabajando sobre su obra. En parte porque no quiero ser encasillado, no tengo interés en ser “el” experto en Cage y el tipo que solamente trabaja sobre Cage; porque él es una de las tantas cosas que me interesan. Este año se publica también el ultimo libro de cierre de tres sobre Cage.

Este homenaje consiste en una pieza para órganos, que dura 90 días y se llama Cien acordes geométricos extendidos. En este proyecto participan 76 personas tocando acordes, personas de distintos ámbitos, de ellas sólo 10 son músicos; hay artistas de distintas disciplinas, hay sociólogos, arquitectos, psicólogos; hay peruanos de la Plaza de Armas, hay adolescentes, distintas personas y está sucediendo todos los días hasta el 23 de abril.

Comenzó el 23 de enero y cada día puede tocarse un acorde o dos acordes o ninguno. Hay una partitura en la vitrina misma que indica cada compás, que equivale a un día y que indica lo que ha sucedido con lo que va a suceder.

¿Cuál es la idea de hacer eso en esta vitrina?

El acto de atención, de concentración. El sonido del órgano que sale hacia la calle es perceptible pero es muy suave, requiere de un acto de concentración. Yo no quiero imponerle mi trabajo a nadie, no quiero poner parlantes hacia afuera y que se escuche a todo volumen y que de alguna manera estén todos obligados a escucharlo.

Me interesa mucho más que quien sea curioso, que el ciudadano que viva de una manera curiosa su cuidad se acerque a la obra. Creo que es el mejor público posible, no tienen que estar todos ahí. Claro, el peatón que va preocupado de su vida, y que no tiene tiempo y que no mira para el lado, sigue derecho. Pero otros se detienen, escuchan, pegan el oído al vidrio o entran a la vitrina, que también es una posibilidad, y son parte de la obra, viven la experiencia.

Este proyecto es un contraste al ajetreo de la ciudad. Algo que es constante, leve, cambia de manera muy lenta, de hecho el cactus que hay en la vitrina es de alguna manera la metáfora de la obra, cambia de manera imperceptible, pero cambia.

¿Con qué criterio eligen a los participantes?

Con el criterio de que, ya que se trata de tocar solamente un acorde, no era necesario que fueran músicos, porque lo que saben los músicos es que acorde viene después y después y después. Pero para tocar uno, no necesitas ser músico. Por lo tanto, la idea era convocar a distintas personas y lo dividí en grupos de distintas disciplinas profesionales, de otras áreas, que no sean arte, adolescentes y desempleados, porque con los fondos del proyecto podría pagarles y les estoy pagando a cada organista la razón de 10.000 por hora.

Algunos amigos míos que participan de la obra tienen sus sueldos y no tienen la necesidad de esa plata, pero hay otra gente que si le viene muy bien 10 mil pesos la hora. Por eso participan 12 peruanos y un ecuatoriano que los fui a buscar a la Plaza de Armas, y me encanta porque es gente que probablemente no tendría otra manera de participar en una obra musical y ahora la tienen. Claro, es una obra muy extraña, desde sus parámetros de su música, pero sí es parte de la música, además de recibir una paga que es necesaria para ellos

¿Han logrado entender tu obra?

Es difícil, porque estar sentado tocando un solo acorde durante 1, 2, 3, 4, 5, 6 horas es una experiencia es muy intensa,. Cuando salen de ahí están en otra dimensión, entonces la cantidad de transmisión que puedes tener de pensamiento, de comunicación, se ve restringida por lo que acaba de suceder; intercambiamos algunas palabras, pero llegar a entender lo que vivieron es complejo.

De hecho, estoy pidiéndoles a todos que escriban una a tres líneas sobre su experiencia para armar después un texto de manera anónima de lo que vivo cada uno, pero es una experiencia intensa en el sentido de que es como uno especie de droga.

Uno normalmente se detiene a observar un fenómeno, sea el viento, las hojas de los árboles o la mujer caminando o el ventilador y uno se detiene a observarlo por fracciones de tiempo muy pequeñas, algunos segundos o 1minuto 3, 5, 10, pero no 4 horas.

Entonces ese acto de atención o de estar solamente persiguiendo una cosa a la vez es una paradoja porque una cosa no es solamente una cosa, son muchas cosas. Entonces entras en otros estados de la mente que tienen que ver con la meditación o las experiencias de las drogas que son una especie de viaje, que vas a otro lugar de la mente que uno no usa con frecuencia.

La experiencia de tocar una sola nota o un grupo de notas en una cantidad de tiempo extendida te permite escuchar los armónicos, porque cada nota está compuesta de por lo menos 15 notas que es la serie de armónicos; un DO está compuesto del DO, ese DO, el SOL, el DO, el MI, el DO el FA sostenido, pero como cambian tan rápido, la música que uno escucha normalmente, no alcanza a escuchar todos esos armónicos, pero cuando te quedas por una extensión de tiempo, empiezan aparecer esos armónicos, y además este espacio, como es un espacio, restringido, apretado, de alguna manera, tienes una experiencia de la reverberancia, escuchas el sonido que rebota en el vidrio, que rebota en el órgano, que rebota en el vidrio, que rebota en el espejo, que rebota en el techo y según donde ubiques tu cabeza puedes correr la cabeza hacia la izquierda, hacia la derecha, arriba, abajo, vas a escuchar otras frecuencias, otros vatinentes, por que claro, es una experiencia musical que uno no tiene con frecuencia.

¿Por qué esta obra no aparece en la programación del GAM?

No lo se, no me preocupa la verdad, creo que hay cierta división entre el GAM, que es todo lo demás que no es Puma. Y Puma, de alguna manera, es como un entidad un poco aparte de lo que es GAM, entonces no se si es por falta de comunicación o por falta de interés, la verdad es que no me preocupa.

Ficha técnica: Cien Acordes Geométricos Extendidos

Cien Acordes Geométricos Extendidos es una obra para órgano que se despliega durante 90 días. La obra está compuesta por 100 acordes y 76 silencios. Para su realización participan 76 personas que tocan en relevo cada día (o no) a las 11:00 y/o a las 17:00 un acorde de entre 1 y 6 horas de duración. Los acordes de más de 6 y hasta 24 horas son realizados con pesos sobre las teclas y los silencios mediante la ausencia de personas en la vitrina.

Las 76 personas que participan como organistas provienen de diferentes ámbitos: artistas de distintas disciplinas, arquitectos, psicólogos, sociólogos, ingenieros, así como adolescentes y desempleados. Todos serán remunerados por su participación con los fondos disponibles para el proyecto.

El sonido del órgano es apenas audible desde la calle debido al movimiento diario de la avenida principal de la ciudad. El transeúnte podrá discernir el sonido tenue desde la acera acercando su oído al vidrio o bien podrá acceder a la vitrina donde podrá tomar asiento en un sitial junto al órgano, de manera de poder oír el sonido continuo desde distintos lugares.

La obra plantea un estado inmutable y no obstructivo considerando el alto impacto que tiene cualquier realización en la Alameda. Apela a lo no invasivo, la calma y el largo aliento, un estado meditativo en oposición al ajetreo cotidiano, la prisa y la cacofonía del entorno donde se emplaza. Para los organistas apela a la persistencia, el estado de alerta, la concentración y la contribución a una tarea mayor que ellos mismos. Para el público propone la experiencia de detenerse un momento a oír, ya sea el sonido sutil que sale hacia fuera de la vitrina, o la experiencia cercana al trance del sonido incesante y omnipresente en el sitial junto al organista.

Cien Acordes Geométricos Extendidos es un declarado homenaje al compositor estadounidense John Cage, uno de los vanguardistas más radicales del siglo pasado. El título de la obra es un acrónimo de su apellido y los cien acordes han sido seleccionados de cinco obras suyas para teclado: Metamorphosis (1938); Sonatas and Interludes for Prepared Piano (1948); Changes (1951); Etudes Australes (1975) y One5 (1990.)

Cien Acordes Geométricos Extendidos está siendo realizada entre el 23 de enero y el 23 de abril de 2013 en la vitrina de Puma en el Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM) en Santiago, Chile, habiendo sido ganadora del premio del público del primer concurso Puma Canvas.