Corea del Norte lanzó un ultimátum este martes a Seúl, amenazando con atacar Corea del Sur sin aviso previo si continuaban las manifestaciones antinorcoreanas, después de que Estados Unidos se mostrara dispuesto a negociar con Pyongyang el lunes si el país da un paso hacia las conversaciones.

Un comunicado del comando supremo del ejército difundido por la agencia estatal de prensa advirtió de que su “acción de represalia comenzará sin advertencia alguna a partir de este momento, en tanto que en Seúl continúen los actos criminales contra la dignidad de los líderes supremos”.

La amenaza norcoreana hacía referencia a una manifestación celebrada el lunes en Seúl durante la cual los asistentes quemaron retratos del fundador de Corea del Norte, Kim Il-Sung, su hijo, Kim Jong-Il, y su nieto y actual líder, Kim Jong-Un.

Esta manifestación coincidía con la celebración en Corea del Norte del 101 aniversario del nacimiento de Kim Il-Sung.

El portavoz del Ministerio surcoreano de Defensa, Kim Min-Seok, tachó de “lamentable” el ultimátum.

La comunidad internacional temía desde hace varias semanas que Pyongyang lanzara un misil el lunes para celebrar el aniversario del nacimiento de su fundador.

“Todo el personal de servicio y el pueblo de la DPRK (Corea del Norte) hierven de resentimiento ante este monstruoso acto criminal”, dijo el comando supremo.

Las fuerzas armadas “comenzarán inmediatamente sus acciones militares para mostrar cómo el personal de servicio y el pueblo de la DPRK valoran y protegen la dignidad de la dirección suprema”.

El comando supremo del ejército añadió que si Corea del Sur de verdad quería entablar un diálogo e iniciar negociaciones “tendría que pedir perdón por todas las acciones hostiles hacia Corea del Norte”.

La presidenta surcoreana, Park Geun-Hye, dio a entender recientemente que hacía falta iniciar un diálogo y “escuchar” lo que Corea del Norte tiene que decir. Pyongyang rechazó la oferta.

Previamente el lunes, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, de visita en Tokio, había indicado que “Estados Unidos sigue abierto a negociaciones honestas y creíbles sobre la desnuclearización, pero la pelota está en el campo de Pyongyang”.

El jefe de la diplomacia estadounidense culminó en Tokio este lunes la tercera y última etapa de su gira asiática, tras haber visitado Seúl -donde reiteró el pleno apoyo de Washington a Corea del Sur- y Pekín.

En Washington, la Casa Blanca precisó el lunes que las condiciones para una reanudación de las conversaciones con Pyongyang no habían cambiado. “Siempre fue nuestra posición (…) Corea del Norte debe comprometerse a respetar las obligaciones internacionales como fue acordado”, recordó el portavoz de la presidencia, Jay Carney.

Washington invitó el 7 de mayo a la presidenta surcoreana Park Geun-hye, que se entrevistará con Barack Obama.

La víspera Kerry había afirmado que Estados Unidos, que obtuvo el apoyo de Pekín para apaciguar en forma conjunta la crisis en la península coreana, está “totalmente determinado a defender a Japón”, país amenazado nuclearmente por Corea del Norte.

“Una cosa es segura: estamos unidos”, subrayó Kerry poco antes de reunirse con el primer ministro japonés, Shinzo Abe, que estimó “intolerable” la conducta de Pyongyang.

“El peligroso programa de misiles nucleares de Corea del Norte no amenaza únicamente a sus vecinos sino también a su propio pueblo”, estimó Kerry llamando a Pyongyang a “dar pasos importantes para mostrar que Corea del Norte cumplirá sus compromisos y respetará las leyes y normas internacionales”.

Amenazas a Japón

El régimen norcoreano amenazó el viernes a Japón con “fuego nuclear” después de que Tokio desplegara baterías antimisiles para destruir cualquier misil norcoreano que amenace su territorio.

Washington afirmó en varias ocasiones que sólo discutirá con Pyongyang en el marco de negociaciones sobre la desnuclearización de la Península, en las que participan seis países (las dos Coreas, Estados Unidos, China, Japón y Rusia).

Pero al insistir sobre su apertura al diálogo, Kerry dio a entender que se podrían explorar otros caminos.

En Pyongyang el dirigente Kim Jong-Un visitó el lunes el mausoleo en donde están los cuerpos embalsamados de los dos líderes del hermético régimen, el de su padre, Kim Jong-Il, y el de su abuelo, Kim Il-Sung.

Según los servicios de inteligencia surcoreanos, el Norte desplegó recientemente en su costa oriental dos misiles Musudan, de un alcance teórico de 4.000 km, capaces por lo tanto de alcanzar objetivos en todo el territorio surcoreano, japonés e incluso la isla de Guam en el Pacífico, en donde Estados Unidos tiene bases navales y aéreas.

Las tensiones en la Península Coreana se amplificaron desde una nueva serie de sanciones impuestas por la ONU a Corea del Norte tras su tercer ensayo nuclear el 12 de febrero.

Pyongyang, irritado también por las maniobras militares de EEUU con Corea del Sur, amenazó con una “guerra termonuclear”.

Hasta ahora el descontento de Pyongyang ha sido sólo una escalada verbal, con la excepción del cierre parcial del complejo industrial intercoreano de Kaesong, situado en su territorio.

Sin embargo, el ministerio surcoreano de Defensa previno el lunes de que las medidas de protección se mantendrían incluso si Corea del Norte no realizara un lanzamiento el 15 de abril. “Esta situación, podría durar un tiempo”.