Al parecer no sólo su contenido alto en grasas y carbohidratos harían de las papas fritas un alimento extremadamente adictivo, y es que para muchas personas es incluso imposible sólo comer una papa sin devorar el resto del envase.

De acuerdo a un estudio realizado por científicos alemanas, replicado por la revista Muy Interesante, la clave estaría en el patrón de actividad cerebral que desencadenan, que activa zonas asociadas al sistema de recompensa, ingesta de comida, sueño y áreas motoras.

Para llegar a esta conclusión, los científicos analizaron la activación del cerebro de ratas alimentadas con papas fritas, con insípida comida estándar y, por último, alimentadas con una mezcla de grasas y carbohidratos, similar a las de este snack.

Los resultados arrojaron que los animales alimentados con papas fritas experimentaban una mayor activación de ciertas regiones del cerebro y reaccionaron mucho más que aquellos que recibieron comida estándar o la mezcla.

Según los investigadores, esto demostraría que –a diferencia de lo afirmado por múltiples estudios previos- el efecto adictivo de las papas fritas no puede explicarse solamente por su contenido calórico, aunque no determinaron qué compuesto exactamente provoca este efecto en el cerebro.

Tobias Hoch, investigador de la Universidad de Erlangen-Núremberg (Alemania) afirmó que encontrar este componente permitiría desarrollar nutrientes para inhibir su efecto adictivo, de modo de bloquear la atracción por la comida chatarra.