Un nuevo suicidio de una adolescente canadiense tras meses de acoso, y luego que circulara una foto de su presunta violación por cuatro jóvenes, reavivó las preocupaciones sobre el acoso en línea y llevó el jueves al grupo de hackers Anonymous a pedir una nueva investigación.

Rehtaeh Parsons, de 17 años, murió el domingo en el hospital de la ciudad portuaria de Halifax (este) luego de un intento de suicidio que su madre atribuyó a un presunto ataque sexual en noviembre de 2011, y un posterior bombardeo de burlas de compañeros de clases llamándola “puta”.

Supuestamente, Parsons se emborrachó y cayó desmayada en una fiesta y en ese estado fue violada. Uno de los sospechosos más tarde publicó una foto en Internet del incidente.

La policía investigó, pero finalmente no presentó cargos. Mientras eso ocurría, Parsons se mudó de ciudad y de escuela pero el acoso persistía.

“Nunca la dejaron en paz. Sus amigos se volvieron contra ella, la gente la acosó, chicos que ella no conocía comenzaron a enviarle mensajes de texto y a través de Facebook pidiéndole tener relaciones sexuales con ellos (…). Simplemente nunca paró”, dijo su madre, Leah Parsons, a la cadena CBC.

La tragedia hizo que otra afligida madre cuya hija, Amanda Todd, también se suicidó el año pasado después de ser atormentada por un acosador cibernético anónimo, contactara a la familia Parsons.

El grupo de activistas Anonymous emitió un comunicado diciendo que revelaría la identidad de los cuatro adolescentes acusados en el caso si la policía no reabría su investigación sobre la presunta violación, el acoso y el suicidio de Parsons.

“De lo que nos hemos enterado es ciertamente terrible, pero no fue el acto de violación lo que nos sorprendió. Fue el comportamiento de los adultos en la vida de Rehtaeh lo que nos ha parecido más preocupante”, dijo el grupo de hackers.

“Esto no se trata de (un caso de) ‘él dijo, ella dijo’. Él (uno de los sospechosos) dijo que lo hizo y lo dijo a todo el mundo mientras mostraba una foto suya haciéndolo”, agregó Anonymous, crítico de la policía por no presentar cargos.

El padre de la chica, Glen Canning, se hizo eco de las frustraciones. “Mi hija no fue acosada hasta la muerte, fue decepcionada hasta la muerte. Decepcionada con la gente en quien pensó que podía confiar, su escuela y la policía”, afirmó.

La muerte de Amanda Todd en octubre en circunstancias similares provocó un debate nacional sobre cuál es el comportamiento apropiado en línea, así como llamados a penalizar el acoso cibernético.

La policía insiste, no obstante, en que no tiene motivos para reabrir la investigación.

Rehtaeh Parsons | Vista en TheGloss.com

Rehtaeh Parsons | Vista en TheGloss.com