Las patentes municipales representan una tarea pendiente, por un lado, para que se retribuya con más aportes a las comunas donde se ubican las empresas, y por otro, las diferencias entre pequeños comerciantes y las grandes compañías.

Un caso significativo es el de la comuna de Concepción, en particular con lo que pagan los bancos. En los números, la ciudad acoge instituciones que cancelan montos ínfimos respecto a sus capitales declarados; sucursales que no alcanzan los 600 pesos por patente y hasta un gigante que mantiene una instalación impaga.

La crónica es de Cristián Valdebenito:

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