La pobreza, el desempleo y la participación de la policía en crímenes, originan, entre otros factores, la inseguridad en Honduras, país que ocupa el primer lugar en homicidios del mundo, advirtió la noche del martes Eduardo Villanueva, un jurista encargado de la depuración policial al hacer una exposición ante el Congreso.

“La pobreza, el desempleo derivados de la exclusión social” y “la situación deplorable por la participación de policías en crímenes de alto impacto” son “factores comunes que relacionan la delincuencia, violencia y la inseguridad” en Honduras, afirmó Villanueva ante el legislativo.

El Congreso integrado por 128 diputados de cinco partidos convocó a Villanueva y al fiscal general, Luis Rubí, a hacer la noche de este martes una exposición sobre las causas de la violencia y la delincuencia, que se han convertido en el principal problema de Honduras.

Rubí, que pospuso para mañana miércoles su presentación, fue convocado por los diputados que también citaron al ministro de Seguridad, Pompeyo Bonilla, a autoridades de la policía y al presidente de la Corte Suprema de Justicia, Jorge Rivera, para evaluar las políticas que han emprendido para el combate de la criminalidad, que han sido un fracaso.

Los diputados citaron a los funcionarios para que comparezcan la presente semana a petición de la no gubernamental Alianza por la Paz y la Justicia, que afirmó que “el pueblo no aguanta más” la criminalidad y que se deben adoptar políticas eficientes.

Villanueva dirige la Dirección de Investigación y Evaluación de la Carrera Policial (DIECP) por decisión del presidente Porfirio Lobo, que le encomendó llevar a cabo un proceso de depuración de la policía –integrada por 14.500 hombres–, luego que en octubre del 2011 descubrieran que muchos de sus miembros integran bandas de narcotraficantes, roba carros, sicarios y extorsiones.

Villanueva, que ha sido criticado por la lentitud del proceso de depuración, expuso ante los diputados que “los elevados niveles de violencia y criminalidad” que “mantienen alarmados al pueblo hondureño” se originan también en “familias disfuncionales por la migración de jefes de familia”, “vigilancia inadecuada” por la policía y la “cultura de violencia aceptada o promovida”.

Según el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional, Honduras ocupó en 2012 el primer lugar en homicidios del mundo, con 85,5 por cada 100.000 habitantes, cuando el promedio mundial es de 8,8.