Las autoridades iraníes pusieron fin este miércoles a las operaciones de rescate en la zona del sur del país, sacudida por un terremoto que causó casi 40 muertos aunque no provocó destrozos en la central nuclear próxima al lugar.

Los socorristas rescataron a 20 personas de entre los escombros.

Casi 800 casas quedaron destruidas el martes por el terremoto de magnitud 6,1 cuyo epicentro se situó en la localidad de Kaki, a 89 km al sudeste de la ciudad de Bandar Bushehr que alberga la central, precisó la agencia Fars.

La fuerte sacudida también afectó a la localidad de Jormoj, a 35 km al norte de Kaki (12.000 habitantes) y llegó a sentirse en varios países del Golfo, afirmaron testigos.

“Según la última información, al menos 37 personas murieron y 850 resultaron heridas”, declaró el jefe del Servicio de Desastres Naturales, Mohamad Taghi Talebian, citado por la agencia Fars.

“Las operaciones de rescate terminaron porque ya no queda nadie bajo los escombros”, anunció el jefe de la Media Luna Roja iraní, Mahmud Mozafar.

Las autoridades se centran ahora en desescombrar la zona. La televisión iraní mostraba este miércoles por la mañana imágenes de excavadoras retirando cascotes.

La central nuclear de Bushehr no sufrió daños, confirmaron el jefe de la Organización Iraní de la Energía Atómica, Fereydoon Abasi Davani, y la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA).

Davani explicó a los medios de comunicación que cuando se produjo el sismo la central estaba parada por “mantenimiento” y añadió que sus instalaciones “fueron concebidas para resistir a un terremoto de una magnitud superior a 8″.

La AIEA afirma haber sido informada por Teherán de que “no hubo daños en la central de Bushehr ni fuga radiactiva”.