Si bien Colo Colo rompió la racha de seis partidos sin conocer la victoria tras derrotar a Everton en el Estadio Monumental, los hinchas del cuadro popular no olvidan el momento que vive su club.

El descontento aumenta ante el éxito de su archirrival Universidad de Chile, que de la mano de la concesionaria “Azul Azul” conquistó un tricampeonato y el primer título internacional de su historia (la Copa Sudamericana de 2011).

Frente a la avalancha de malos resultados y el dinero que ha gastado el cuadro de Macul en sus planteles, es que muchos se preguntan ¿vale la pena invertir tanto para tener tan poco retorno?

Comparemos la planilla de albos y azules en 2012. Ese año, Colo Colo dejó ir a Esteban Paredes, su mayor referente de ataque, cuando el delantero pedía a gritos la renovación de contrato, mientras los azules optaban a buscar seis títulos en un semestre.

El cuadro presidido por Carlos Tapia, que tenía como técnico interino a Luis Pérez, contaba con 31 jugadores en su plantilla, algunos de ellos representando un lastre para la institución y con salarios cercanos a los que pagaba en la época previa a la quiebra de 2001 (19 millones de pesos como sueldo más alto). Esa temporada, el elenco albo sólo consiguió estar en la medianía de la tabla de posiciones, pese a lo cual el sistema de campeonato lo “premió” logrando acceder a semifinales en ambos torneos (apertura y clausura), mirando desde lejos la opción del título.

Cada mes, entre remuneraciones y gastos operativos -concentraciones, pasajes y otros dineros- los albos desembolsaban 341 millones de pesos, lo que representa la planilla anual para un club como Lota Schwager, el cual no logró pagar la totalidad de los compromisos con sus jugadores en la pasada temporada. El presupuesto anual del equipo minero equivale a poco más de la mitad del presupuesto mensual de Universidad de Chile (653 millones de pesos), de acuerdo a los balances al 31 de diciembre de 2012.

Pese a las salidas de jugadores con altos sueldos en Colo Colo como Osmar Molinas, Horacio Cardozo, Esteban Paredes y Miguel Ángel González, no bajó el gasto en 2013. Esto porque se mantuvo en el plantel a Roberto Gutiérrez, lo que significó 228 millones de pesos anuales por un jugador que sólo convirtió un gol en toda la temporada 2012 de Primera División. Este dinero es igual al aporte de la ANFP a sus clubes tras firmar el contrato con MEGA para la transmisión de las Eliminatorias al Mundial de Rusia 2018.

Por otro lado, se engrosó el presupuesto con los arribos de Emiliano Vecchio, Emilio Hernández, Mathias Cardaccio y Felipe Flores, jugadores con salarios superiores a los 5,6 millones de pesos.

La forma de administrar el dinero obtenido y su nulo reflejo en cancha es lo que ha granjeado el reclamo de la hinchada colocolina. El diario La Tercera a comienzos de año comparaba los ingresos de ambas concesionarias. Mientras “Blanco y Negro” ha ingresado 52 millones de dólares en 8 años y el mayor cambio fue el remozamiento del estadio Monumental, además de tres campañas sin títulos. “Azul Azul”, por su parte tuvo ventas por el mismo monto en cinco temporadas y ha reservado casi 16 millones de divisa norteamericana para la construcción de su estadio, aunque el reclamo es universal tras el ciclo de Darío Franco y la virtual eliminación de la Copa Libertadores: “Si no ganas los puntos, da lo mismo el campeonato económico”.

Y ahí está el delicado equilibrio cuando se maneja un negocio, porque con la danza de millones existente, el fútbol dejó de ser un juego para transformarse en una actividad financiera como cualquier otra, que depende de los resultados y de la pasión.

El balancear un buen plantel, que gane y que los precios de las acciones se mantengan estables (no como los de ByN, que ha perdido 80 pesos en los últimos 120 días) asoman como elementos claves. Mientras, el que va a la tribuna y sufre los 90 minutos por su camiseta, se aferra a la vieja frase del entrenador Bora Milutinovic: “En fútbol manda pelota”, aunque los últimos pasos hacen pensar que la máxima quedó guardada en cajones donde hoy se amontonan acciones.