Los padres constantemente se preocupan de que sus hijos tengan su tiempo ocupado, ya sea leyendo, viendo películas o llevándolos de paseo.

No obstante, permitir que tengan tiempo libre para que ellos decidan qué quieren hacer también es positivo, pues deben usar su creatividad para no aburrirse.

Así lo determinó Teresa Belton, investigadora de la Universidad de Educación y Aprendizaje Permanente de la Universidad de East Anglia, en Reino Unido, quien señaló a BBC que la “cultura” de un país, sociedad, etc., puede limitar el desarrollo de la imaginación de los niños, pues se piensa que siempre deben estar activos.

La investigadora llegó a esta conclusión tras reunirse con artistas, escritores, científicos, entre otros, quienes le dieron a conocer su experiencia con el “aburrimiento”, que los llevó a ser quienes son ahora: exitosos dentro de su rubro.

“El aburrimiento se asocia con frecuencia a la soledad, y para algunas personas puede ser una ‘sensación incómoda’, pues la sociedad ha “desarrollado la expectativa de estar constantemente ocupado y estimulado”.

En este contexto indicó que “Algunos jóvenes que no cuentan con los recursos interiores o las respuestas para hacerle frente a ese aburrimiento de forma creativa, terminan destrozando las paradas de autobús o dando vueltas en auto”.

A juicio de la investigadora, “Ahora, cuando los niños no tienen nada que hacer, de inmediato encienden el televisor, la computadora, el teléfono o algún tipo de pantalla. El tiempo que pasan frente a estas cosas se ha incrementado”.

Finalmente recalcó que es importante que los niños tengan tiempo para no hacer nada, donde puedan imaginar “y perseguir sus propios procesos de pensamiento o asimilar sus experiencias a través del juego o simplemente observar el mundo que les rodea”.