Con esta obra seleccionada en la XV Muestra De Dramaturgia Nacional, GAM inicia su cartelera alusiva a esta conmemoración. Una familia dividida recuerda el cumpleaños de su hijo asesinado, repasando sus heridas desde la dictadura hasta el conflicto mapuche.

El director Jesús Urqueta se dio a la tarea de trabajar la puesta que presentó en la última versión de la Muestra de Dramaturgia Nacional. Así surge Taská, o cómo llenar este agujero que tengo en el corazón, reescritura de la obra original de Eduardo Pavez que se inspira en El inspector de Gogol para repasar la historia reciente de Chile.

“Hicimos una relectura y en este sentido la palabra taská nos llevó al concepto de la derrota revolucionaria, que no solo abarca el golpe de estado, sino que a partir de ese hecho el país cambió para siempre. Y los culpables no son solo los militares o Allende sino que toda la gente que gobernó después de Pinochet”, señala.

Dividida en tres cuadros precedidos por la proyección del título que la enmarca, el montaje se inicia con el delirio de un padre atormentado (Daniel Antivilo), continúa con el arribo de la madre dolida pero aún denunciante (Catalina Saavedra) y la incorporación de la hija menor, como representante de la juventud actual que ha logrado levantarse (Tamara Ferreira). “Como una analogía a nuestro país, porque están separados, divididos, porque no se encuentran, aunque una vez al año se juntan a celebrar el cumpleaños de su hijo fallecido. Terminan y no dicen nada más porque no hay nada más que decir”, complementa.

Caracterizado por su labor en el teatro político documental, Urqueta utiliza casos de jóvenes asesinados en dictadura y democracia para hacer el viaje de estas cuatro décadas. Usa detalles reales (pasaportes, diarios, telegramas) para enunciar el pasado activista de la pareja y otros (cartas, nombres) para transitar del régimen militar a una fuerte alusión al conflicto mapuche. “Es una historia que se cuenta desde hoy rememorando el pasado”.

Desde la puesta en escena se intenta dialogar con el título de la pieza y generar en el espectador esa sensación de vacío. “Está trabajada desde una atmósfera de soledad. Una propuesta muy íntima donde el acento no está en la elocuencia del texto sino más bien en la actividad física, en el silencio, en la emocionalidad contenida”.

Para el director es la oportunidad que tienen de demostrar su opinión como ciudadanos. “Como grupo sentimos que al igual que en El Inspector de Gogol, fuimos engañados. Nos dijeron que después de 17 años de dictadura, todo iba a cambiar, iba a llegar una alegría, la gente iba a ganar y eso no pasó. Queremos decir ‘Mira dónde estamos, el país terrible que tenemos, donde no somos capaces de mirarnos a los ojos y solo hablamos por conveniencia’. Buscamos que se produzca la reflexión porque el teatro no es virtuosismo es comunicación”, culmina.

Hasta el 14 de abril
Jueves a sábado 21:00 horas, domingo 20:00 horas
GAM
Sala N1 (edificio B piso 2)
$5.000 y $3.000