Un llamado a la intervención del Gobierno y a la pronta normalización del funcionamiento de los recintos portuarios que se mantienen paralizados desde hace once días, formuló el vicepresidente de la Cámara Aduanera, Jorge Mac-Ginty, para así detener las pérdidas registradas hasta ahora.

Tanto Fedefruta como Asoex coincidieron en que sólo en San Antonio están retenidos embarques frutícolas valorados en cerca de US$ 60 millones, correspondientes a 1.600 contenedores de uva y manzana, los cuales podrían perderse si es que la paralización sigue prolongándose.

A ellos se suman los extracostos, como los contenedores “caídos a piso” y el cobro de “demourage” que los puertos realizan a los usuarios (importadores y exportadores) por la mercancía que se mantiene, en calidad de ociosa, al interior de los recintos portuarios pese a haber cumplido con todos los requisitos documentales, económicos y procedimentales para ser retirada.

También se cuentan los costos adicionales de tener que sacar o ingresar por otros puertos (como Valparaíso o Coquimbo), carga que estaba comprometida para importarse o exportarse desde San Antonio, como almacenamiento, mayor transporte terrestre, costos burocráticos documentales y personal operativo.

La preocupación aumenta, considerando que San Antonio, que transfirió casi 17 millones de toneladas de carga durante el 2012, completó 11 días sin movimiento, y que Valparaíso, que aportó otras 11 millones de toneladas el año pasado, se sumó desde esta madrugada; vale decir, los dos principales focos de intercambio comercial de Chile fueron bloqueados.

“Si hasta ayer el ‘pato de la boda’ del paro portuario era San Antonio, por su relevancia y por lo que otros competidores podían percibir con su paralización, hoy –por el contrario-, al sumarse Valparaíso, es todo el país el que pierde. Este es el tipo de situaciones que repercuten enormemente en la imagen y en la noción de país estable y desarrollado que todos los actores económicos y sociales hemos construido, y tienen efectos directos en miles de empresas pymes y familias que dependen de esta actividad”, agregó Mac-Ginty.

Interpretando de las estadísticas del Servicio Nacional de Aduana de los años anteriores, los 11 días de no funcionamiento del Puerto de San Antonio han implicado que mercancías valoradas en al menos US$ 760 millones hayan dejado de salir o ingresar del país, con su consecuente impacto en los negocios asociados a ellas.

Por otra parte, el Estado ha dejado de percibir, a través de la Aduana de San Antonio, impuestos y gravámenes en las operaciones de comercio exterior por un monto cercano a los US$ 105 millones durante estas jornadas.

Mientras tanto, el ejecutivo se mostró particularmente inquieto por la situación de San Antonio, uno de los principales terminales del país.

El dirigente gremial coincidió con las afirmaciones realizadas por otros organismos, como la Asociación de Exportadores de Frutas (Asoex), Asexma y FedeFruta, en el sentido de que una paralización de este tipo genera graves consecuencias al rendimiento del comercio exterior nacional y la imagen del país ante los mercados internacionales, además de causar impactos económicos directos tanto a exportadores como importadores, como ocurrió con los productores de fruta que debieron detener su cosecha.

“Un paro de este tipo desvirtúa todos los procesos de modernización y de mejora en la eficiencia que se están desarrollando en nuestros puertos, y siembra incertidumbre en los procesos del comercio exterior en los que participan una multiplicidad de actores, navieros, portuarios, transportistas, aduaneros y logísticos. Es una locura que por una demanda tan particular, que exigen 30 ó 40 personas, se paralice el total de nuestras exportaciones e importaciones”, señaló Mac-Ginty, preocupado además porque los trabajadores de Valparaíso –el otro terminal clave- se plegaron a la movilización ayer miércoles.

El personero compartió su inquietud por lo que considera como una grave “pérdida de autoridad”, emplazando al Ejecutivo a intervenir en la búsqueda de una solución inmediata, antes de que los efectos de esta paralización sigan aumentando. “Esperemos que primen el diálogo y que el Gobierno intermedie en una solución efectiva, inmediata y permanente, que acerque a las partes ante una situación que hoy no puede seguir manteniéndose”, agregó.