Un hombre fue condenado este miércoles a cadena perpetua por haber planeado robar y matar a la cantante británica Joss Stone en su casa de un pueblo de Devon, en el suroeste de Inglaterra.

Kevin Liverpool, de 35 años, deberá cumplir al menos 10 años y ocho meses de su pena, según determinó el juez encargado del caso en un tribunal de Exeter. Su coacusado, Junior Bradshaw, conocerá su sentencia en una fecha posterior.

Notas encontradas entre las pertenencias de los dos acusados mostraron que ambos tenían intención de entrar por la fuerza en el domicilio de la cantante, matarla, decapitarla y tirar su cuerpo al río, según la fiscalía.

Los dos hombres, que partieron de su domicilio de Manchester, a 390 kilómetros de distancia, fueron detenidos en la mañana del 13 de junio de 2011 a una decena de kilómetros del domicilio de Joss Stone en Ashill, cuando fueron denunciados a la policía por unos lugareños que sospecharon de su coche accidentado.

Al registrar el vehículo, los agentes de las fuerzas del orden encontraron una espada de samurai, tres cuchillos, dos martillos, capuchas, guantes y bolsas, así como planos de itinerarios para ir de Manchester a Devon.

Antes de su detención, los dos hombres habían pedido a un cartero que les indicara donde estaba el domicilio de la cantante de 25 años, mostrándole un plano con notas y una foto de Joss Stone.

“Era tal vez el proyecto loco de una persona loca, pero era un proyecto muy real”, dijo el juez Francis Gilbert.

El abogado de Kevin Liverpool, Philip King, alegó que el complot no era más que un “fantasma espantoso” de “uno o dos individuos incapaces, extraños, unos incompetentes quiméricos”.

Expertos psiquiátricos determinaron que el otro acusado, Junior Bradshaw, que tiene un bajo coeficiente intelectual, padecía esquizofrenia.

La cantante, que se dio a conocer en 2003 con su exitoso álbum inaugural “The Soul Sessions”, explicó por su parte durante el juicio que se había preocupado de eventuales intrusiones en su domicilio hasta que la policía le informó de este caso.

“Vivo en Devon desde hace tiempo y aquí nadie cierra realmente la puerta con llave. Tenía una alarma pero no la ponía demasiado a menudo. No tenía una verdadera cerradura en mi puerta… Ahora sí”, dijo.