Lluvias torrenciales que cayeron el martes y la madrugada del miércoles dejaron dejaron al menos 56 muertos en Argentina, de los cuales 48 fallecieron en la ciudad de La Plata, donde la intensidad de las precipitaciones no tiene precedentes.

La cifra de fallecidos se elevó a 48 en la noche del miércoles en La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, el mayor distrito argentino, donde más de 2.500 personas permanecían evacuadas y distribuidas en 20 centros de emergencia.

Las 48 víctimas fatales fueron confirmadas por el ministro de Seguridad provincial, Ricardo Casal, en una rueda de prensa.

“El número de muertos se elevó a 48, de los cuales 24 ya han sido identificados”, dijo Casal y no descartó que la cifra podría aumentar en La Plata, de 900.000 habitantes.

Mientras tanto, tres de los fallecidos eran de nacionalidad paraguaya, según revelaron sus parientes en Asunción a la edición digital del diario ABC.

Jorge Mendoza precisó que habían fallecido sus padres Fernando Mendoza (69 años) y su madre Feliciana Garay (65), además de su sobrino Cristian Mendoza (19).

En tanto, seis personas fallecieron el martes en la ciudad de Buenos Aires y otras dos en su periferia, el mayor conglomerado urbano argentino, donde el fenómeno afectó a unas 350.000 personas y barrios enteros quedaron sin energía eléctrica y con sus casas inundadas.

El gobierno argentino dispuso a partir de este miércoles “tres días de duelo nacional por las víctimas fatales del temporal de lluvia”, informó la presidencia en un comunicado.

La presidenta Cristina Kirchner visitó la tarde del miércoles La Plata con el fin de informarse de la grave situación humanitaria en barrios que están bajo agua.

Kirchner se trasladó en un helicóptero hasta la vecina localidad de Tolosa, donde vivió en su infancia y donde ahora reside su madre Ofelia Wilhelm.

“La mayor preocupación de la gente ahora es la seguridad en la noche”, dijo Kirchner a los periodistas, durante su recorrido.

El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, explicó que se ha organizado un operativo especial nocturno “con más de 400 policías”, que incluso se apostarán en zonas de difícil acceso para evitar saqueos.

En La Plata cayeron 400 milímetros de agua en dos horas, una marca histórica, lo que causó que miles de personas quedaran aisladas, sin luz ni teléfono, mientras que las calles de la ciudad se convirtieron en ríos caudalosos.

Debido a la crítica situación, las autoridades resolvieron dar asueto administrativo y educativo en la jornada en La Plata, una ciudad industrial y comercial con intensa vida estudiantil, con una universidad estatal a la que acuden numerosos alumnos de otros países latinoamericanos.

Scioli describió que ante la crecida de las aguas -que en algunos casos llegó a los dos metros-, “la gente se refugiaba en techos y árboles, pero muchos no llegaron a tiempo”.

“Esta es la primera vez que pasa: hace 40 años que vivo aquí y no hay que echarle la culpa a nadie. Tengo tres familias viviendo arriba (de una casa modesta), dos viejitos, tres niños y uno de ellos discapacitado. Son vecinos que rescatamos, hubo dos metros de agua en el peor momento”, dijo Maximiliano Miceli, de 34 años, mientras limpiaba su auto lleno de agua en el barrio de Tolosa, vecino a La Plata.

El gobierno federal movilizó al ejército y las fuerzas de seguridad para tratar de rescatar a cientos de personas que han quedado atrapadas en sus casas en La Plata, donde en algunas zonas céntricas había anegamientos de hasta 1,60 metros.

“Esto que pasó en La Plata no ocurrió nunca antes. Media ciudad está sin luz. Hay gente en techos, en árboles que espera que podamos ir a buscarlos”, dijo el viceministro argentino de Seguridad, Sergio Berni.

En Tolosa medio centenar de autos con pasajeros adentro habían quedado varados en una zona rodeada por calles inundadas desde el martes, mientras que en otros sectores se reportaron anegamientos de hasta dos metros.

Por el temporal, en la capital y su poblada periferia, así como en La Plata, “unas 280.000 personas están sin luz”, dijo el ministro argentino de Planificación, Julio De Vido, quien sostuvo: “Vamos a esperar que se sequen las cámaras transformadoras para garantizar las seguridad de los trabajadores, porque no queremos tener más muertos”.

Uno de los ocho muertos en la capital argentina fue un empleado del Metro, que murió electrocutado el martes mientras bombeaba agua en una de las terminales del servicio.

El alcalde de la capital, Mauricio Macri, aseguró este miércoles que “las inundaciones vinieron para quedarse y no se van a ir, (porque) estas lluvias violentas se están repitiendo producto del cambio climático”.

En la capital y la periferia, el mayor conglomerado urbano del país con 14 millones de habitantes, los barrios más afectados fueron los de Belgrano, Villa Urquiza y Saavedra, en el norte de la ciudad, donde el agua ingresó en la mayoría de las casas y muchos de sus moradores perdieron casi todo.