Cuando va a disputar los primeros cuartos de final de la Liga de Campeones de su historia, el miércoles contra el Borussia Dortmund, el Málaga vive por un lado la euforia por los éxitos deportivos y por otro la ansiedad por el futuro de un club con graves problemas económicos.

Varios nubarrones ensombrecen el futuro del equipo blanquiazul. El propietario del club, el jeque catarí Abdulá Al Thani, que cerró el grifo de las aportaciones de capital al inicio de la temporada, no parece dispuesto a seguir inviertiendo en el equipo.

Además, el Málaga está pendiente de que el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) se pronuncie sobre la sanción impuesta por la UEFA en diciembre por el retraso en los pagos.

Si el TAS no revoca la sanción de la UEFA, el equipo andaluz no podría disputar la competición europea en la próxima ocasión en la que se clasifique. El organismo debería pronunciarse antes de junio, pero hasta entonces la incertidumbre rodea al club de la Costa del Sol.

Según los responsables de la entidad, no hay especiales motivos de inquietud. EL director general Vicente Casado, se esforzaba recientemente por despejar cualquier duda y aseguró que Al Thani “seguirá inviertiendo” en el club, aunque las inversiones sean “diferentes” y desmintió “formalmente” cualquier rumor de venta del Málaga.

El jeque Al Thani forma parte de la misma familia que los propietarios cataríes del París Saint Germain, emparejado con el Barcelona en los cuartos de final de la Liga de Campeones, y el rumor que surgió sugería que el Málaga y el club de la capital francesa pasarían pronto a tener el mismo dueño.

La entidad andaluza asegura que su situación financiera ha mejorado sustancialmente, poniéndose al día en los pagos a algunos otros clubes y también con respecto al retraso en las nóminas de los jugadores.

A día de hoy, la única deuda que tiene el Málaga es con la Hacienda española, motivo por el que la UEFA justificó la sanción impuesta al club español.

Interrogado por la AFP, Juan de Dios Crespo, el abogado que defenderá al Málaga ante el TAS, en una audiencia fijada para el 14 de mayo, rechazó dar el montante exacto de la deuda con el fisco español.

“La audiencia se va a concentrar en nuestras deudas con la administración pública. Las deudas con relación a otros clubes, nuestros jugadores, todo está solucionado. Somos optimistas, hemos cumplido y lo vamos a demostrar”, aseguró por su parte Casado.

Sin embargo, no todo parece de color rosa en La Rosaleda (estadio del club). Pese a que los jugadores estén al corriente de pago, la incertidumbre que pesa sobre el proyecto deportivo del Málaga para la temporada próxima ha llegado al vestuario.

A principios de marzo, el central argentino Martín Demichelis lamentó la falta de implicación del actual propietario.

“En el vestuario, la venta de (Ignacio) Monreal (internacional español vendido en el mercado invernal al Málaga) ha sido recibida como una mala señal (…). Por mi parte, creo que el próximo en marchar será Isco (la joven promesa del club, ya internacional con la Roja). En lugar de pensar en mejorar al equipo, los propietarios no piensan más que en vender en cuanto pueden”, criticó el internacional argentino.

Por el momento, los andaluces han sabido abstraerse de esa situación precaria en el terreno de juego. Un éxito frente al Borussia Dortmund aceleraría el proceso de normalización financiera del club y el futuro del equipo quedaría algo más despejado.