Millones de chilenos cuidan su alimentación, algunos temen a las frecuentes advertencias de los peligros físicos que significa la obesidad y otros lo hacen por un asunto estético.

Y es que nadie quiere escuchar la palabra grasa, pues la mayoría de las veces provoca rechazo y revive sentimientos de culpa por las comidas que se ingirieron de más o las idas al gimnasio que no se cumplieron.

En este contexto Shawn Talbott, doctora en filosofía y bioquímica nutricional que escribió el libro “El Secreto del Vigor”, reveló a Shape.com algunos aspectos sorprendentes sobre la grasa corporal que la mayoría desconoce.

1.- La grasa viene en diferentes colores:

Existen diversas tonalidades de grasa corporal, las cuales representan distintas funciones quema-calorías dentro del cuerpo humano: blanca, café y beige.

La blanca corresponde a lo que la mayoría entiende por grasa. Este tipo es inútil para el propósito de quemar calorías porque tiene un índice metabólico bajo, por lo que prácticamente es una unidad de almacenaje. Lamentablemente, constituye el 90% de la grasa que puede tener el cuerpo humano.

La café, en tanto, debe su tono a un mayor suministro sanguíneo y puede quemar más calorías de las que retiene. Las ratas y otros mamíferos similares queman esta grasa para mantenerse caliente, pero el humano posee muy poca, insuficiente para realizar esa función.

Finalmente, la grasa beige es un tipo intermedio entre las dos anteriores en cuanto a funcionalidad, y los seres humanos la poseen en cantidades significativas. Además, muchas investigaciones sugieren que ciertas dietas y suplementos podrían transformar grasa blanca en grasa beige. Esto resulta emocionante, afirma Talbott, ya que hay evidencia preliminar de entrenamientos físicos y la ingesta de ciertos alimentos como el ají que activan hormonas capaces de producir ese cambio.

2.- La grasa en tu trasero es más saludable que la grasa de tu barriga.

La grasa del vientre es mucho más receptiva al cortisol u hormona del estrés que la grasa de las nalgas o la que se ubica en los muslos. Por ello, al estar estresado y consumir calorías de más es más probable que éstas vayan a parar directamente a tu vientre.

Además, la grasa que se ubica en este lugar es más inflamatoria que la de cualquier otro sitio del cuerpo. Esto, explica la especialista, significa que puede crear sus propios químicos inflamatorios, tal como lo hacen los tumores. El problema es que esos químicos viajan al cerebro y pueden afectar el estado de ánimo, haciendo que quien los genera se enoje y ande con hambre y, finalmente, creando un círculo vicioso que perpetua la grasa abdominal.

La noticia optimista es que se puede detener esa inflamación, parando también el contacto cerebral que afecta el ánimo. Para estos propósitos se recomienda el consumo de Omega 3, proveniente del aceite de pescado, y también yogures con componentes activos.

3.- Primero se queman calorías y luego se quema grasa.

Ya todos han escuchado el término “quemadores de grasa”, pero la relación de éstos con la pérdida de peso es indirecta.

Antes de quemar grasa quemas calorías, sin importar si esas calorías vienen desde los carbohidratos guardados, como la glucosa y el azúcar de la sangre, o si vienen desde la grasa corporal. Claro que, mientras más calorías se quemen durante una rutina de ejercicios, se generará un mayor déficit que a la larga significará reducción de grasa.

Un truco recomendado por Talbott y otros especialistas es realizar ejercicios que cambien de ritmo e intensidades de esfuerzo. Este sistema, que intercala una rutina de alta intensidad con una de baja y así continuamente, puede quemar el doble de calorías que aquellas que mantienen un ritmo constante.

4.- La grasa afecta tu humor.

No existe una regla para indicar por cuántos kilos de más pueden deprimir a un individuo, pero como se dijo anteriormente, la grasa corporal -en especial la abdominal- activa el ciclo de inflamación del cortisol, que muchos estudios señalan como causante de desórdenes de humor, al nivel de provocar trastornos bipolares de personalidad.

A esto se suma el ciclo vicioso que causa ese desorden hormonal. Aquel mal humor produce en el afectado la necesidad de comer y le otorga la sensación de no poder “escapar” de su condición o problema con la grasa.

Ante ello, se recomienda comer un cuadrado de chocolate negro para detener las ansias de ese ciclo, ya que entrega la cantidad de azúcar suficiente para detener el estrés y la inflamación. Similar efecto causa la combinación de magnesio y calcio del yogur.

5.- Incluso la gente flaca puede tener celulitis.

Esta despreciada afección es causada por grasa atrapada bajo la piel, también llamada grasa subcutánea. Los hoyuelos son creados por tejidos que conectan la piel con el músculo subyacente, atrapando grasa entremedio de ambas.

Lamentablemente, se necesita poca grasa para causar el efecto de los hoyuelos por lo que incluso personas en un muy buen estado físico pueden desarrollar celulitis.

Según declaró Talbott a Shape.com, la construcción muscular de aquellas zonas debe perder grasa para eliminar el efecto. Cremas y productos pueden ayudar relativamente a la apariencia, pero no hacen mucho para eliminar lo que hay debajo de la piel.