Las discusiones generadas en la votación donde no se llegó acuerdo para aprobar el teatro regional, recordaron varios proyectos en los cuales, los mismos que hoy rechazan la entrega de estos fondos, lucharon contra viento y marea para concretar proyectos que no necesariamente podrían ser calificados como una necesidad.

Priorizar por proyectos verdaderamente importantes para la región, fue quizás uno de los argumentos más repetidos durante la sesión donde finalmente no se llegó a acuerdo para aprobar el teatro regional.

El millonario proyecto lleva años esperando ver la luz. La oportunidad estaba clara, ya se habían pasado los obstáculos, el modelo está listo, la ubicación, todo. Solo falta que los consejeros regionales aprueben pagar, con fondos regionales, el 50% de la inversión.

Oscar Ferrel, consejero de la Democracia Cristiana, fue uno de los 11 que se abstuvieron al proyecto del Teatro. Esa tarde insistió en que los fondos deben ser destinados a necesidades más importantes.

En este caso cabe recordar que Juan Francisco del Pino, consejero regional de Renovación Nacional solicitó en una sesión de consejo antecedentes sobre un proyecto de 3.400 millones de pesos, de los cuales 1.700 millones corresponderían a aportes del MOP. El resto se financiaría con dineros del Gobierno Regional, los municipios de Chillán, Pinto y empresarios de la zona.

El proyecto de pavimentación del tramo desde Las Trancas hasta las Termas de Chillán, causó extrañeza tras saber que Oscar Ferrel, sería propietario de la empresa adjudicada, “Ingeniería y Construcción Cosmito Limitada”.

Son aproximadamente 7 kilómetros, destinado principalmente a los turistas, y a las escasas cabañas y casas de veraneo del sector. La finalidad es fomentar el turismo, señalaron en ese entonces.

Ferrel, operador político de la DC, se desempeñó como Director Nacional de Vialidad en los años donde se gestó el sistema de concesiones chileno. Salvo este alcance, nadie más se opuso a la inversión de más de mil millones de pesos, y cuyo impacto beneficia sólo a un círculo pequeño y poderoso de personas.

Y el proyecto del Teatro, ¿no es a futuro una buena inversión? ¿No beneficiará a más personas que podrán acceder a cultura de calidad?

Este tipo de ejemplos hacen cuestionar los argumentos esgrimidos por los consejeros regionales que se oponen al proyecto del teatro del Bío Bío. Y hacen percibir en la ciudadanía el temor de que nuevamente intereses políticos entrampen la construcción de un gran teatro en la región.