Un nuevo reportaje del programa “Esto no tiene nombre” de TVN se centró en las trabas que impiden aprobar una modificación a la ley de alcoholes, que lleva 12 años estancada en el Congreso y que permitiría a la población saber lo que está bebiendo y los riesgos del consumo.

“Lo que oculta el alcohol” fue el nombre de la investigación que dejó al descubierto el intenso lobby de los empresarios del alcohol en el parlamento, para evitar que se apruebe una normativa que contempla la rotulación de las bebidas etílicas, alzas de impuesto al rubro y disminución de la publicidad en este ámbito.

Citando a la Organización Mundial de la Salud, el espacio afirma que en Chile mueren más personas por cirrosis hepática que por accidentes de tránsito, y pese a ello la ley no ha sido modificada para luchar contra esta realidad.

La demora -de acuerdo a lo explicado por parlamentarios como el senador Fulvio Rossi (PS) y Francisco Chahuán (RN)- se debe al lobby ejercido por los empresarios del rubro en algunos legisladores. Afirmación con la que concuerda el Ministro de Salud, Jaime Mañalich.

La existencia de estas presiones son algo conocido, según el director general de Ron Barceló, Víctor Nachari, quien dijo que tanto pisqueros como cerveceros, y productores de otros alcoholes lo hacen.

Sin embargo, al consultar a algunos de los parlamentarios que históricamente se han opuesto a la modificación de la ley, tales como Jorge Pizarro (DC) y Gonzalo Uriarte (UDI), éstos negaron defender los intereses del sector y aseguraron estar dispuestos a discutir la normativa.

Otro de los aspectos que quedó al descubierto, es que los envases de bebidas etílicas no exhiben en Chile la composición nutricional importante del producto o advertencia sobre los riesgos, pero sí en el extranjero. El programa mostró que en supermercados de otros países como Colombia, los alcoholes chilenos transparentan la información porque las leyes se lo exigen para poder vender.

Con respecto al contenido del producto, la nutricionista de la clínica UC San Carlos, Alejandra Gil, dio cuenta de la gran cantidad de azúcar y calorías que tienen algunos tragos. Por ejemplo, dijo que un vaso de 250 ml de pisco sour tiene alrededor de 450 calorías, equivalente a 1 taza de azúcar, mientras una piscola tiene el equivalente a 1/2 taza. Asimismo, un análisis realizado por instrucción del Ministerio de Educación encontró altas concentraciones de azúcares, grasas y calorías en la totalidad de las marcas estudiadas, además de menor gradación alcohólica de la publicitada en dos productos.

¿Te parece grave la falta de rotulación de los alcoholes en Chile?