El régimen sirio acusó este martes a los rebeldes de haber disparado un misil con una ojiva química en la provincia de Alepo (norte), lo que la oposición desmintió, responsabilizando de ello a las autoridades.

“Los terroristas lanzaron un misil que contenía productos químicos sobre la región de Jan al Asal en la provincia de Alepo, matando a 15 personas, en su mayoría civiles”, añadió la agencia.

El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH) confirmó que un misil tierra-tierra alcanzó una posición del ejército en Jan al Asal, pero desconoce si la ojiva contenía armas químicas. Añadió que el ataque mató a 16 soldados y a 10 civiles.

El ministro de Información Omran al Zohbi calificó de “espiral peligrosa el disparo por parte de terroristas de un misil que contenía productos químicos desde Kfar Dael en la región de Nairab (este de Alepo) hacia la región de Jan al Asal (oeste de la metrópoli)”.

En una intervención televisiva, el ministro dio cuenta de 16 muertos y 86 heridos, civiles y militares, y arremetió contra la Liga Árabe (…) la comunidad internacional y los Estados que arman, financian y albergan a terroristas, así como contra el gobierno (turco) de Erdogan y Catar” después de “este crimen perpetrado por terroristas que usaron un arma prohibida por la ley internacional”.

Es la primera vez que el régimen del presidente Bashar al Asad acusa a los rebeldes del uso de armas químicas. Damasco se refiere a los insurgentes con el término de “terroristas”.

En cambio los rebeldes del Ejército Sirio Libre (ESL) desmintieron estas acusaciones e hicieron recaer la responsabilidad del ataque sobre Damasco.

“Hasta donde nosotros sabemos el ejército apuntó hacia Jan al Asal utilizando un misil de largo alcance y nuestra información preliminar señala que pudo haber contenido armas químicas. Hay muchas víctimas y numerosos heridos con problemas respiratorios”, declaró a la AFP un portavoz del ESL, Luai Moqdad, que participa en la reunión de la oposición en Estanbul.

“No tenemos ni misil de largo alcance ni arma química”, añadió.

Durante los últimos meses, los rebeldes se incautaron de importantes depósitos de armas pertenecientes al ejército.

La comunidad internacional advirtió en numerosas ocasiones a Damasco contra la utilización de armas químicas. Varios responsables occidentales e israelíes expresaron, por su parte, el temor de que estas armas caigan en manos de algunos grupos de la oposición.

Al comienzos de marzo, casi 200 soldados y rebeldes perdieron la vida en la batalla por la toma de control de la academia de policía de Jan al Asal, al oeste de Alepo, de la que finalmente se apoderaron los insurgentes.

Hace una semana, el ejército lanzó una contraofensiva y reconquistó parte del pueblo, según el OSDH.