Historia de la semana pasada, pero que vale rescatar. Jugaban por una liga amateur de Grecia el Egeas Plomariou y Papanikolis, con la afición atenta a lo que ocurría en el campo.

Cargaba el conjunto del Egeas Pliomariou cuando un pase abierto sobre la derecha encuentra a un delantero recostado por la franja.

El futbolista preparó el remate, que fue como mandan los libros: alejado de la posición del arquero, cruzado y con potencia, pero apareció una combinación infame que impidió el gol seguro: vertical izquierdo, travesaño, vertical derecho y nuevamente vertical izquierdo, para caer posteriormente en las manos del golero más afortunado del mundo, quien sólo miraba el re.

Como hay que ver para creer, les dejamos la secuencia de la jugada: