El juez argentino Germán Castelli, uno de los magistrados en el juicio por el secuestro y tortura de dos curas jesuitas en Argentina durante la dictadura militar (1976-1983), afirmó que el tribunal desechó por falsas las acusaciones respecto a que Jorge Bergoglio hubiera “entregado” a ambos religiosos, según publica este sábado el diario La Nación.

“Es totalmente falso decir que Jorge Bergoglio entregó a esos sacerdotes. Lo analizamos, escuchamos esa versión, vimos las evidencias y entendimos que su actuación no tuvo implicancias jurídicas en estos casos, si no, lo hubiéramos denunciado”, dijo Castelli.

El portavoz del papa, Federico Lombardi, dijo el viernes que el Vaticano considera que existe “una campaña” contra Bergoglio, sustentada por “una publicación que en ocasiones es calumniosa y difamatoria”, en alusión al diario argentino Página12 que ha publicado artículos donde cuestiona el papel de Bergoglio durante la dictadura.

Castelli integró junto a los jueces Daniel Obligado y Ricardo Farías el tribunal que en diciembre de 2011 falló en el caso del secuestro en 1976 de los sacerdotes jesuitas Orlando Yorio y Francisco Jalics, torturados y liberados cinco meses después cuando Bergoglio era la máxima autoridad en el país de la orden jesuita.

El juez consideró que el papel de Bergoglio en ese caso en el que atestiguó “no da para la controversia (porque) ya hay un fallo judicial”.

“Es importante para Bergoglio, como papa, un fallo de esta naturaleza. Lo firmamos con la autoridad moral que nos da ser jueces y haber habilitado a los querellantes a que lo interroguen sin limitaciones”, recordó.

El magistrado consideró que el tribunal “le dio una oportunidad a la versión contra Bergoglio, la escuchamos, vimos las constancias y llegamos a la conclusión de que los sacerdotes desafiaron con mucha valentía a sus superiores, para seguir actuando frente a un régimen ciego, sangriento que no reconocía a quien se ponía en su camino, sean jueces, abogados, curas o cualquier trabajador”.

“No juzgamos si Bergoglio pudo haber sido más o menos valiente. La pregunta es si entregó a los sacerdotes o no. Y coincidimos en que no hubo razones para que lo denunciáramos”, dijo el juez.

Recordó además que las preguntas del tribunal y de la querella “fueron amplias y se lo escudriñó a fondo”.

“Fuimos conscientes de la importancia que tenía ese testimonio para los acusadores particulares. Fue un gran acierto desde el punto de vista republicano y visto ahora a la distancia, dado que Bergoglio es ahora el papa”, dijo Castelli.

Como arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de Argentina, Bergoglio fue citado como testigo en tres juicios relacionados con los crímenes de la dictadura.