Varios centenares de personas asistieron este jueves al funeral del joven vendedor ambulante que se inmoló prendiéndose fuego el martes en Túnez, una procesión que se convirtió en protesta contra el partido islamista al poder, Ennahda, según un periodista de la AFP.

Las exequias de Adel Khadri, de 27 años, tuvieron lugar en una pequeña localidad de Souk el Jemaa, en el noroeste de Túnez, el mismo día en el que el gobierno tunecino dirigido por el islamista Ali Larayedh obtuvo la confianza de los diputados de la Asamblea Constituyente.

Los allegados y los vecinos de la familia del difunto mostraron su indignación durante la procesión.

“¡Con nuestra alma y nuestra sangre nos sacrificaremos por nuestro mártir!”, “¡Ennahda fuera!”, gritaban los habitantes del pueblo situado en una colina al final de una calle de tierra.

Luego, varias decenas de jóvenes montaron en vehículos para ir a protestar en la capital regional, Jendouba, contra la miseria y el desempleo en esta región muy pobre.

Adel Khazri, un vendedor de cigarrillos, se inmoló con fuego en la avenida Habib Bourguiba del centro de Túnez, un acto simbólico ya que la revolución tunecina de 2011, la primera de la Primavera Árabe, comenzó con la inmolación de un vendedor ambulante desesperado.

Dos años después, la pobreza y el desempleo continúan causando estragos en Túnez. En este contexto, las huelgas, las protestas y los conflictos sociales se han multiplicado en los últimos meses.