Son pocos los grupos musicales que pueden jactarse de cumplir 50 años de trayectoria musical. La banda chilena Los Jaivas puede decirlo con orgullo al cumplir esta meta e inscribirse en los anales del rock mundial como un proyecto que no se ha suspendido por conflictos personales y se ha mantenido incólume en el ámbito musical.

Desde 1963, en que la banda tuvo su primera presentación oficial, sólo se ha visto tumbada por la muerte de tres integrantes (Gabriel Parra, baterista, fallecido en 1988), Gato Alquinta (vocalista, fallecido en 2003) y su hijo Eloy (marzo 2004), no obstante, el cariño y la fuerza que reciben a diario los motiva a continuar el proyecto que cumple medio siglo, según ellos mismos han reconocido.

Sin embargo, en medio de sus festejos, en el lanzamiento oficial de su cuarto dvd “Obras cumbres”, Los Jaivas presentaron al nuevo guitarrista, Alan Reale, surgiendo la inquietud por la ausencia de Ankatu Alquinta, hijo de Gato, quien fue parte de la banda al morir su padre hace diez años.

“La verdad es que un proceso que fue dando y tuvo un lamentable desenlace desde mi punto de vista. Los Jaivas tienen 50 años de historia, yo permanecí diez, obviamente el estatus que adquirí en la banda era como un miembro más del grupo.

Musical y artísticamente éramos seis músicos tocando en el escenario, pero las decisiones que se toman y en cuanto a los beneficios, la sociedad de la banda son Claudio, Eduardo, Juanita Parra y Mario Mutis, que están constituidos legalmente como tal”, aclara Alquinta.

Según las palabras del guitarrista, reconoce que no hubo un distanciamiento con el grupo “siempre tuve un gran cariño por la música y las personas de Los Jaivas, tuvimos una convivencia muy agradable, con mucha alegría. Guardo recuerdos bellísimos de estos diez años y estoy muy agradecido de la oportunidad que me dieron para desarrollarme como músico”.

Alquinta enfatiza que su trabajo en la banda fue un trabajo de interpretación y siempre tuvo la inquietud de desarrollar su parte creativa, y en estos diez años no vio ninguna posibilidad. “Desde que entré al grupo yo tenía proyectos aparte como el grupo Huaika, que quedó congelado por la muerte de mi hermano Eloy”.

“A fines de 2011 formé un proyecto electrónico con el músico electrónico Dorian Chávez, que se llama Chilatin beats, y resultó ser un proyecto bastante mediático, que tuvo mucha acogida, con un perfil bastante comercial, es música para bailar; yo invertí mucho trabajo y dinero con mi socio porque ha sido autogestionado. En un año grabamos nuestro disco y entonces surgió el conflicto con Los Jaivas porque ellos me dijeron que sólo podía hacer proyectos con ellos, como una exigencia de exclusividad”, cuenta el músico.

Ankatu considera que él recibió el legado de su padre, una herencia natural tras la muerte del músico. “Asumí la herencia que me correspondía legítimamente. Mi opción no era salirme del grupo, traté de buscar fórmulas. Cuando se me hizo imposible algún tipo de alternativa y Los Jaivas me pidieron salir del grupo -que para mí fue grave- les dije que reconsideraran mi posición y la de suspender mis proyectos paralelos para estar presente en los 50 años y esa propuesta fue rechazada por el grupo”.

“Fue así como se dieron los hechos, no es que yo me haya ido, es absurdo pensar que quería irme en la celebración de los 50 años. Solamente tuve la intención de hacer mis proyectos para desarrollarme como músico en mi creatividad, también como cantante; eran proyectos que me tenían bastante motivado”, aclara Ankatu.

“Yo creo que me hizo falta un apoyo por parte de Los Jaivas en lo que yo estaba haciendo y ese apoyo no existió”, lamenta el guitarrista.

http://www.youtube.com/watch?v=TN9gPDEP2LA