En un mundo donde los cánones de belleza se han distorsionado, y en el que la publicidad suele promocionar sus productos con las modelos más atractivas y esbeltas, no es raro que los niños sueñen con verse como “los chicos de la tele”.

Muchas veces, no obstante, se pasa por alto que la lucha por conseguir el sobrevalorado “cuerpo perfecto” lleva a los menores a someterse a duras dietas, y en el peor de los casos, a caer en desórdenes alimenticios como la bulimia y la anorexia.

En este contexto, no deja de llamar la atención que a corta edad las pequeñas ya se preocupen de su físico, y quieran mantener la línea a como dé lugar.

Así fue el caso de la hija de Amy Cheney, una escritora australiana y madre de tres niños, quien con horror descubrió el drástico plan de dieta de su hija de 7 años, junto a un par de muñecas Polly Pocket y brazaletes de la amistad.

Según una imagen subida al sitio Mamamia.com por la propia madre, en la dieta escrita en una hoja de papel -con faltas de ortografía, demostrando cuán pequeña es la niña- se pueden leer las restringidas comidas que la menor podía ingerir: apenas dos yogures, tres manzanas, una pera y dos kiwis al día, lo que en conjunto no supera las 580 calorías.

Además de la dieta, la niña debía seguir una rutina de ejercicios que estipulaba flexiones de brazos, 16 saltos tipo estrella 2 veces al día y andar en su bicicleta 3 veces diarias.

Tras descubrir el papel la madre declaró que se sintió enferma, “físicamente enferma. Como si alguien me hubiera sacado el aire de mi pecho”, agregando que su hija había aprendido cómo hacer dieta gracias a los consejos de una amiga de su edad.

Al cabo de un tiempo, la niña incluso confesó a su madre que pasaba hambre: “Mami, tengo un problema… Tengo hambre todo el tiempo y no puedo comer. Una voz en mi cabeza me dice que no coma”, informó ABC News.

Pese a ser un caso difícil, un estudio de la Universidad de Florida publicado en 2009 estableció que situaciones de este tipo son más comunes de lo que se piensa. Según la investigación, de 121 niñas estudiadas con edades entre los tres y seis años cerca de la mitad admitió que les preocupaba ser gordas, consignó The Huffington Post.

Otro estudio de la Universidad de Texas A & M respaldó lo anterior, al concluir que la competencia de los menores con sus pares puede llevarlos a adoptar percepciones negativas sobre sus cuerpos.

La dieta | Mamamia.com.au

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