El dirigente de Corea del Norte, Kim Jong-Un, señaló una pequeña isla surcoreana, cercana a la frontera marítima entre ambos países, como primer objetivo en caso de conflicto, mientras la tensión sigue siendo elevada en la península, informó este martes la prensa oficial norcoreana.

La isla de Baengnyeong será el primer objetivo del ejército norcoreano, anunció Kim, durante una visita a los cuarteles militares cerca de la frontera realizada el lunes coincidiendo con el primer día de las maniobras militares conjuntas de Seúl y Washington fuertemente criticadas por Pyongyang.

Baengnyeong tiene unos 5.000 habitantes y es la base de varias unidades militares.

En los últimos días, Corea del Norte amenazó con una “guerra termonuclear”, advirtió a Estados Unidos de que se exponía a un “ataque nuclear preventivo” y el lunes denunció el armisticio que puso fin a la Guerra de Corea en 1953.

Por su parte, Corea del Sur se negó este martes a reconocer la decisión de Corea del Norte de denunciar unilateralmente el armisticio alcanzado hace 60 años por los dos países y urgió a Pyongyang a poner fin a su nueva retórica belicista.

“La denuncia unilateral o la cancelación del acuerdo de armisticio no están previstos en sus propias disposiciones ni en el derecho internacional”, dijo a la prensa el portavoz del ministerio surcoreano de Relaciones Exteriores, Cho Tai-Young.

En el origen de este contexto explosivo está el exitoso lanzamiento de un cohete llevado a cabo por Corea del Norte en diciembre y que Seúl y sus aliados consideraron como un misil balístico. A este lanzamiento le siguió en febrero un tercer ensayo nuclear al que el Consejo de Seguridad de la ONU respondió con nuevas sanciones contra Pyongyang el pasado viernes.

En noviembre de 2010, Pyongyang ya bombardeó la isla de Yeonpyeong, también cercana a la frontera marítima, matando a cuatro surcoreanos.

“Una vez dada la orden, deberán romperle el espinazo a los enemigos dementes, deberán cortarles el cuello y así mostrarles claramente lo que es una verdadera guerra”, dijo Kim Jung-Un, según declaraciones recogidas por la agencia oficial de noticias norcoreana KCNA.

Un responsable de la isla amenazada, Kim Young-Gu, dijo que los refugios para civiles estaban listos para recibir a la población y que todos los pueblos estaban en alerta.

“No hay en realidad un éxodo masivo de una población aterrada hacia el continente, pero, para ser sincero, hay un poco de miedo”, declaró a la AFP.

Pyongyang cuestiona la línea de delimitación marítima entre el Norte y el Sur, trazada por la ONU después de la Guerra de Corea (1950-1953). Varios enfrentamientos mortales entre ambos países se produjeron en esa zona en los últimos años.

El ministerio surcoreano de Defensa consideró que el Norte intenta ejercer “una presión psicológica” sobre Corea del Sur y debería comenzar dentro de poco maniobras militares.

“Si el Norte nos provoca, responderemos de manera que le causemos más daño”, previno el portavoz del ministerio Kim Min-Seok. Este martes, Corea del Sur todavía no disponía de ministro de Defensa debido a un bloqueo del parlamento.

El lunes, el departamento estadounidense del Tesoro decidió emprender sanciones contra el Banco Norcoreano de Comercio Exterior (FTB), para frenar la entrada de divisas que Pyongyang utiliza para financiar sus programas nuclear y balístico, según los estadounidenses.

El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, reconoció que Estados Unidos está “preocupado por la retórica belicosa de Corea del Norte”, pero previno que el país no obtendría “nada por medio de las amenazas y de la provocación”.

El lunes, Corea del Sur y Estados Unidos -país que tiene 28.500 soldados en el sur de la península- iniciaron las maniobras militares anuales, llamadas “Key Resolve”, que son en su mayoría virtuales pero movilizan a miles de soldados (10.000 surcoreanos y 3.500 estadounidenses).

Como todos los años, Pyongyang condenó estos ejercicios, que asimila a una invasión del Norte por el Sur con ayuda de Washington y suspendió el teléfono rojo, la línea de comunicación entre Pyongyang y Seúl para casos de emergencia.