En la zona cero y con un acto ecuménico, los sobrevivientes del colapsado Alto Río de Concepción se reunieron para exigir justicia a tres años de la tragedia.

Se siente discriminados porque ven cómo a tres años de la tragedia las aldeas de emergencia comienzan a desaparecer, avanzando la reconstrucción en Dichato, en Constitución, y otras zonas azoladas por el terremoto y el maremoto. Así lo manifestó Verónica Riquelme, mujer que perdió la movilidad en sus extremidades inferiores.

Otros prefieren la resiliencia a tres años de quedar sin casa y en muchos casos, sin familiares. Mónica Molina es la presidenta de la Fundación Alto Río.

Mónica Acevedo, tuvo cuatro hijos, y el mayor falleció esa noche. La justicia para José Luis León Acevedo no avanza, acusa Mónica, molesta, indignada y cansada de soñar con que los tribunales castigarán a los responsables del colapso.

Este año los vecinos de Alto Río sólo recibieron a dos personalidades políticas: Álvaro Ortíz y Frank Sauerbaum, los que no dieron discursos ni hablaron con la prensa.

Antes y después de la ceremonia religiosa, las palabras vinieron de los sobrevivientes, quienes manifestaron en qué están, en qué piensan, cuando pasan y pasan los años.

El eslogan de este año fue significativamente similar al del año pasado; “Alto Río: trampa mortal, vergüenza nacional”.