Los inesperados resultados de las elecciones legislativas en Italia amenazan la gobernabilidad de la tercera economía de Europa, con un Parlamento bloqueado sin clara mayoría y que depende de un irreverente líder antisistema, el humorista Beppe Grillo.

La coalición de la izquierda italiana liderada por Pier Luigi Bersani ganó la mayoría de los escaños de la Cámara de Diputados, según cifras del Ministerio del Interior sobre un 99,9% de los centros de votación.

De acuerdo con estas cifras, la coalición de izquierda ganó un 29,55% de votos, contra un 29,18% para la coalición de derecha de Silvio Berlusconi, pero la ley electoral le permite obtener 340 de 630 escaños en la cámara baja, a pesar de la pequeña diferencia.

En el Senado, según las primeras cifras del Ministerio del Interior, la izquierda ganó 97 escaños con 31,63% de los votos, contra 110 para la derecha, aunque esta sólo obtuvo 30,71% de los votos.

El sistema electoral italiano es complicado a nivel del Senado, donde bonifica a la mayoría sobre una base regional, de modo que casi 12 horas después del fin del comicio los resultados eran inciertos.

Así, el diario La Repubblica (izquierda) da una mayoría relativa en la cámara alta a la derecha con 114 senadores, contra 113 para la izquierda, mientras que el Corriere della Sera da a la izquierda 121 escaños contra 117 para la derecha.

En todo, en el Senado no habrá una mayoría clara, ya que ninguna coalición cuenta con el número de escaños suficiente.

“Hemos votado el Parlamento más ingobernable de nuestra historia”, resumió el diario La Stampa al analizar los resultados de la jornada electoral del domingo y el lunes.

“El Parlamento está bloqueado, ningún partido alcanzará la mayoría en la Cámara de Diputados y el Senado. Esto es un shock”, reconoce por su parte el director del influyente Corriere della Sera, Ferruccio de Bortoli.

“Es evidente el que país atraviesa una situación muy delicada”, declaró Bersani, quien aseguró que el resultado “será administrado teniendo en cuenta los intereses de Italia”.

Si bien la coalición de centroderecha liderada por el magnate Silvio Berlusconi no alcanza la mayoría, la formación centrista del tecnócrata Mario Monti queda en peor situación aún y no sería mayoría incluso si se aliara con la izquierda o con la derecha.

Il Cavaliere logró de todos modos un resultado notable, acortó la ventaja con la izquierda gracias a una campaña mediática llena de promesas y que hizo olvidar los escándalos judiciales y sexuales que ha protagonizado en 20 años de vida política.

“Es un resultado extraordinario que demuestra que Berlusconi como político no se ha acabado y ojalá que muchos no lo olviden”, aseguró Angelino Alfano, secretario del partido del multimillonario italiano.

UN HUMORISTA COMO PIEZA CLAVE

La llave del próximo gobierno está de todos modos en manos del cómico convertido en líder antisistema Beppe Grillo, fustigador de la clase política, que supo canalizar con su Movimiento de las 5 Estrellas el desencanto y la indignación de los jóvenes y desempleados.

“Están acabados, tanto la izquierda como la derecha. Bersani, Berlusconi, llevan 25 años, han llevado el país a la catástrofe, el problema son ellos”, dijo Grillo tras conocerse los resultados en declaraciones a una radio a través de internet.

Según los resultados aún parciales, el movimiento del humorista podría convertirse en la tercera fuerza del país detrás del Partido Democrático (PD, izquierda) de Bersani y el Pueblo de la Libertad (PDL, derecha) de Berlusconi, con casi un tercio de los votos.

El humorista, que no formará parte personalmente del Parlamento porque no quiso presentarse como candidato por haber sido condenado por homicidio en 1980 como responsable de un accidente de automóvil en el que murieron tres personas, suele ser tildado de populista y demagogo.

A causa de la compleja ley electoral, la izquierda no obtendría la mayoría en el Senado, que bonifica al partido mayoritario en función de los resultados regionales y no nacionales.

La coalición de centro del jefe de gobierno saliente, Mario Monti, llegaría al cuarto lugar, con el 10% de los votos, y sería el gran perdedor de los comicios.

“Italia debe contar con un gobierno transparente, que trabaje bien y que no dilapide los sacrificios hechos por los italianos para resolver los problemas del país”, declaró Monti sin hablar de su participación en un futuro gobierno.

El tecnócrata, que decidió lanzarse al ruedo de la política, sufre las consecuencias de las medidas de austeridad impuestas durante sus 15 meses de gobierno para enderezar las cuentas y salvar a Italia del abismo.

Una mayoría distinta en cada cámara es el peor escenario para Italia, acosada por la crisis económica y la recesión. La inestabilidad de la tercera economía de la zona euro preocupa además a los dirigentes del viejo continente porque podría volver a desatar una nueva crisis de la deuda.