El actual Papa, que renunciará el próximo jueves, promulgó este lunes un decreto (“motu propio”) que da la facultad a los cardenales de adelantar el cónclave para elegir al nuevo Papa.

El ‘motu propio’ “concede a los cardenales la facultad de anticipar el inicio del cónclave si están presentes todos los cardenales y también [la facultad] de aplazarlo hasta 20 días” después de que empiece la llamada “sede vacante”, indicó el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.

Normalmente el cónclave debe empezar entre 15 y 20 días después de que sea declarada la “sede vacante”, que en este caso será declarada el jueves a las 19h00 GMT.

“Dejo sin embargo al Colegio de Cardenales la facultad de anticipar el inicio del cónclave si se constata la presencia de todos los cardenales electores” en el Vaticano, dice el texto del decreto papal, escrito en latín.

Recordemos que Benedicto XVI, anunció el 11 de febrero su decisión de renunciar “por falta de fuerzas”, un hecho sin precedentes en la historia moderna de Iglesia Católica

La máxima autoridad de la Iglesia Católica decidió entregar “exclusivamente” a su sucesor el informe ultrasecreto elaborado por tres cardenales sobre la fuga de documentos confidenciales del pontífice, el escándalo llamado “Vatileaks”.

“El Santo Padre ha decidido que los resultados de este informe, cuyo contenido conoce solamente Su Santidad, permanezcan exclusivamente a disposición del nuevo Pontífice”, informó en una nota oficial el Vaticano.

“Se concluye así la tarea de la comisión investigadora”, explicó el vocero papal, padre Federico Lombardi.

Según lo informado, Benedicto XVI, había encargado en abril del año pasado a tres cardenales ancianos de investigar sobre la fuga de documentos internos y confidenciales del Papa a la prensa italiana.

El sonado caso, que dio lugar al arresto y condena de su mayordomo personal, Paolo Gabriele, reveló las tensiones y enfrentamientos internos sobre numerosos asuntos en la Curia Roma.

Por su parte, la prensa italiana sostenía que el informe podría ser entregado a los cardenales que se reunirán en marzo en el cónclave para la elección del nuevo Papa, lo que ha sido excluido por el jefe de la iglesia católica saliente.