Los feriantes de Concepción y los vecinos de las ferias libres están preocupados por la falta de baños para quienes realizan esta actividad. El problema afecta la higiene de los barrios y atenta contra las condiciones laborales de los trabajadores.

Las ferias libres son espacios que están arraigados en la historia de los barrios, pero aún presentan deficiencias que dejaron de ser discusión en cualquier otra actividad comercial.

La falta de baños por años ha sido pasada por alto y, quizás, solo los vecinos de estas ferias tienen conocimiento de ello. Esto obliga a los vendedores a rogar por la buena voluntad de los habitantes del sector en que se encuentran o acceder, simplemente, a la vía pública.

Los feriantes se defienden sosteniendo que están cansado que todo se denuncie en contra de ellos, ya que condiciones para subsanar el problema no existen. Además, aseguran que varios de estos eventos son de responsabilidad de las personas que les ayudan y no necesariamente a quienes están vendiendo en los puestos.

Con todo, Carlos Figueroa, secretario del sindicato Numero 2 de Ferias Libres de Concepción, indicó que es también un tema de preocupación para ellos, para lo que buscarán retomar conversaciones con la Municipalidad.

Los propios feriantes no solo hablan de baños químicos como una solución, sino que piden construcciones habilitadas con agua potable que les permitan tener las mínimas condiciones que todo trabajador se merece para, además, asegurar la higiene de sus productos y, sobre todo, como una cuestión de dignidad.