Colombia produce más de la mitad de las esmeraldas del mundo, pero extraerlas es un trabajo duro: en Muzo, Boyacá, en el centro del país, familias enteras cavan bajo tierra en condiciones extremas en busca del oro verde que puede cambiar sus vidas.

Adrián tiene 19 años, pero desde siempre acompaña a sus padres a las minas y poco a poco aprendió el oficio. “Esto es algo que desde niño uno lo hace, desde puro niño, pero entonces en sí, en sí, meterle cuerpo al trabajo desde hace unos tres, cuatro años, más o menos desde los 15″, cuenta a la AFP.

Con turnos de ocho horas en los socavones a una temperatura de 40 grados centígrados, los mineros ganan el salario mínimo mensual -equivalente a unos 320 dólares- (160 mil pesos chilenos), lo que hace que el deseo de encontrar la piedra de su vida sea un sueño constante que los anima a no desfallecer.

“Es que tras de eso es que uno viene a la mina. Uno no viene tras un sueldo, viene tras una esmeralda porque esa puede ser la pensión (jubilación). Si es una significativa uno puede dejar de trabajar”, afirma Adrián, quien no teme a los accidentes, aunque reconoce que la primera vez que se metió en las entrañas de la tierra sintió vértigo.

“Accidentes ha habido muchos, es por exceso de confianza de algunos… Hay que ser prevenido, tener en cuenta que la vida es prestada y hay que aprovecharla”, dice el joven a la AFP, tras recordar la muerte de un compañero cuya cabeza se estrelló contra una peña cuando se asomó mientras viajaba en el elevador por el socavón.

Pero los accidentes no son los únicos que se han cobrado la vida de los obreros. Durante décadas se libró en la región la Guerra de las Esmeraldas, una lucha por el poder y el territorio minero de las valiosas piedras verdes.

Fue necesario que se firmara un Acuerdo de Paz para poner fin al más reciente conflicto, que entre 1984 y 1990 dejó en la zona unos 3.500 muertos, según estimaciones oficiales.

Actualmente, Colombia produce alrededor del 55% de las esmeraldas del mundo, con unos 3,4 millones de quilates en 2011, según cifras oficiales.

Las exportaciones de esmeraldas colombianas promediaron 130 millones dólares anuales en los últimos cinco años, con India como principal comprador, seguido por Estados Unidos y Tailandia, de acuerdo con la Federación Nacional de Esmeraldas.

Las piedras colombianas son las más grandes del planeta con un peso de entre 40 y 200 quilates. De todas ellas destaca Fura, una esmeralda en bruto de casi cinco libras de peso y 11.000 quilates encontrada hace 14 años en las minas de Muzo.

Detrás de una joya así, muchos mineros como Adrián y esmeralderos pasan la vida.

http://youtu.be/JvT8YxcTFx8