El ex ministro israelí de Relaciones Exteriores Avigdor Lieberman se sentó a partir de este domingo en el banquillo de la justicia para responder ante tres jueces en Jerusalén de las acusaciones de fraude y abuso de confianza que lo llevaron a la dimisión de su cargo el pasado diciembre.

Lieberman no hizo ningún comentario a su llegada al Tribunal.

La breve audiencia se limitó a la lectura de los cargos contra Lieberman. La próxima fecha del juicio será el 25 de abril.

Lieberman está acusado de haber obtenido una promoción en diciembre de 2009 para el ex embajador de Israel en Bielorrusia, Zeev Ben Arieh, a cambio de informaciones confidenciales sobre una investigación policial contra él en dicho país a pedido de la justicia israelí.

El ex canciller, que se declara inocente y proclama su buena fe, confirmó que Zeev Ben Arieh le había entregado discretamente una carta con documentos sobre este pedido de investigación. “Leí la carta y le dije ‘para con tus tonterías’, después la eché al WC y tiré de la cadena”, aseguró Lieberman.

Los delitos de fraude y abuso de confianza pueden ser sancionados hasta con tres años de cárcel en Israel.

Según la radio pública israelí, la defensa no pidió al tribunal un procedimiento acelerado para este juicio y las audiencias se extenderán al menos hasta el 7 de mayo.

En varias ocasiones, Lieberman, jefe del partido ultranacionalista Israel Beiteinu, aliado del Likud del primer ministro Benjamin Netanyahu, se declaró inocente.

Dijo desear un juicio rápido que le permita, si la justicia lo blanquea, recuperar su cartera de Relaciones Exteriores en el próximo gobierno que Netanyahu intenta formar.

Según Lieberman, Netanyahu le prometió reservarle el puesto hasta que concluya el juicio.

Pero si los jueces condenan a Lieberman, de 54 años, a una pena superior a tres meses de prisión, el jefe de Israel Beiteinu no podrá más ser diputado durante un periodo de siete años, lo que podría “sellar el fin de su carrera política”, según Moshe Negbi, comentarista de la radio pública.

El testigo clave de la acusación sería Danny Ayalon, ex viceministro de Relaciones Exteriores que presidía la comisión de nombramientos de la cancillería israelí.

Según Ayalon, Lieberman le había ordenado promover a Zeev Ben Arieh al cargo de embajador en Letonia sin revelarle el episodio de las informaciones confidenciales.

Lieberman dimitió el 14 de diciembre, al día siguiente de su inculpación, con la esperanza de ser juzgado rápidamente y regresar al gobierno tras las elecciones de enero en las que la lista de derecha Likud-Israel Beiteinu encabezada por Netanyahu se impuso con 31 escaños de 120 (en la Knesset, parlamento unicameral).

Lieberman nació en la república soviética de Moldavia. Emigró en 1978 hacia Israel en donde se afilió al Likud, formación en la que escaló todos los peldaños para luego crear en 1999 su propio partido nacionalista.

En los años 2000 hizo controvertidas declaraciones, como por ejemplo que habría que bombardear la represa de Asuán para inundar Egipto, el primer país árabe en firmar la paz con Israel, en caso de un respaldo a la Intifada palestina.