¿Será exagerado comparar a un alcalde con un presidente? La respuesta es no. Por eso, parece pertinente y oportuno -cuando se cumple dos tercios de los primeros 100 días de la administración de los alcaldes chilenos- hacer una evaluación de lo que ha sido hasta ahora la labor de los jefes comunales del Gran Concepción.

Fue el presidente estadounidense, Franklin D. Roosevelt, quien instauró esto de los 100 primeros días, al autoimponerse ese plazo para transmitir a los ciudadanos la confianza -pero al mismo tiempo demostrar- de que tras la crisis dejada por la Gran Depresión venían tiempos mejores.

En la intercomuna nuevos alcaldes como Alvaro Ortiz, en Concepción; Víctor Hugo Figueroa, en Penco; Antonio Rivas, en Chiguayante; Patricio Marchant, de Lota; o Ivonne Rivas, en Tomé, asumieron con la promesa de cambios en 180 grados a lo que habían sido las gestiones de sus predecesores.

Durante su campaña cuestionaron aspectos de esas administraciones y aunque ninguno entregó una hoja de ruta o un programa de gobierno -porque desafortunadamente malgastan ese tiempo respondiendo a ataques o negando la participación de sus comandos en la destrucción de palomas, más que planteando ideas o abriendo un debate- podrían aprovechar los primeros 100 días para imprimir un sello o dar luces de cuáles serán sus prioridades.

A 66 días de haber llegado al gobierno comunal no podemos decir que exista en Concepción, Penco, Chiguayante o Lota -al menos que se conozca- un proyecto nuevo de ciudad, para mejorar la calidad de vida de sus habitantes.

Es verdad lo denunciado por vecinos o incluso concejales penquistas, por señalar un solo punto, sobre el deteriorado centro de Concepción. Hasta ahora no hay una señal clara de lo que hará el alcalde Ortiz con la cantidad creciente de comerciantes callejeros -si es que esto es tema para el municipio-, mientras se omite tomar cartas respecto de los mini casinos de juego, que han invadido el casco céntrico de la ciudad.

En Penco, donde para el alcalde Figueroa la prioridad es transformar la comuna en un polo turístico, pudo haberse aprovechado esta época de verano para promover la playa local o reactivar el sector gastronómico de Lirquén, que ha perdido terreno frente a Hualpén. Todo lo contrario, el jefe comunal pencón estuvo completamente ausente de la crisis vivida por los empresarios a raíz de la falsa alarma de marea roja hace unas semanas.

En Lota, en tanto, se ha acudido a lo que esta altura podría calificarse como caballito de batalla, como es la demanda porque el Biotrén sea extendido hasta esa comuna, pero nada se sabe de iniciativas del nivel de un corredor vial como el Manuel Montt en Coronel, o medidas para atraer inversión privada que mitigue los dos dígitos de cesantía.

En Chiguayante, por último, el alcalde Rivas ha hecho noticia por manifestar su deseo de reimpulsar fiestas tradicionales como las de la trilla, pero nada sobre una política en educación municipal, salud o cultura, áreas cuestionadas durante su campaña.

Es de esperar que en el mes que queda para que se cumplan los 100 primeros días los alcaldes den a conocer propuestas concretas para los próximos 4 años, con los proyectos y prioridades que deberían haber sido parte del programa durante la campaña recién pasada.

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