El presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, hizo un llamamiento este jueves a “la unidad de acción” para combatir la plaga de violaciones en este país, diez días después de que una adolescente fuera agredida sexualmente y mutilada por varios hombres, lo que despertó la indignación en el país.

“La violación colectiva y el bruta asesinato de Anene Booysen y otras mujeres y niñas estos últimos tiempos pusieron claramente en evidencia la necesidad de una unidad de acción para erradicar esta plaga”, declaró Zuma en su discurso en el Parlamento sobre el estado de la nación.

“La brutalidad y la crueldad contra las mujeres sin defensa es inaceptable y no tiene cabida en nuestro país”, añadió Zuma, a menudo criticado por su falta de sensibilidad en la causa de las mujeres, reflejada especialmente en el proyecto de reforzar los tribunales tradicionales en detrimento de las mujeres justiciables que viven en zonas rurales.

Zuma no anunció nuevas medidas, pero mostró su apoyo a los que combaten la violencia ejercida contra las mujeres.

A principios de febrero, Anene Booysen, de 17 años, fue encontrada destripada en Bredasdorp (suroeste), donde había sido abandonada cuando los agresores que la violaron la dieron por muerta. La joven falleció poco después en el hospital. Uno de los presuntos agresores era un amigo de Anene y la familia le conocía.

El caso conmocionó a Sudáfrica, donde la violencia sexual llena cada día las páginas de los periódicos.

Los niños de entre 12 y 17 años son las principales víctimas de las violaciones en Sudáfrica y, según la ONG Médicos Sin Fronteras, cada 26 segundos una mujer es violada, una cifra que solo suele darse en los países en guerra.

El problema de las violaciones se enmarca en una sociedad todavía muy patriarcal y machista, tanto en blancos como en negros.

La cuestión de la defensa de la mujer sitúa a Zuma en una situación incómoda debido a su poligamia (tiene cuatro mujeres), algo que las responsables femeninas de su partido (ANC) critican.