La Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) no logró llegar a un acuerdo con Irán para verificar su programa nuclear, a sólo unos días de que se reanuden las conversaciones entre Teherán y las grandes potencias.

“Debatimos sobre un acercamiento estructurado pero no se ha podido concluir el documento” que permitiría examinar la posible dimensión militar del programa nuclear iraní, declaró este jueves el jefe de los inspectores, Herman Nackaerts, a su regreso de un viaje a la República Islámica.

“Todavía no nos pusimos de acuerdo sobre una fecha para la próxima reunión”, añadió el inspector en el aeropuerto de Viena.

La AIEA quiere firmar un acuerdo global que permita a los expertos de la ONU investigar libremente el programa nuclear iraní, ante la sospecha de que tiene fines militares, lo que Teherán desmiente categóricamente.

El miércoles, el representante iraní ante la AIEA, Ali Ashgar Soltanieh, afirmó que se habían logrado avances en las conversaciones. “Se solucionaron divergencias y se llegó a un acuerdo sobre ciertos puntos de las modalidades a aplicar”, declaró, según la agencia ISNA.

Al ser interrogado sobre estos posibles progresos, Nackaerts contestó: “Esto forma parte de las negociaciones”. “Me resulta difícil hacer comentarios al respecto”, agregó.

“Nuestro compromiso para seguir dialogando es inquebrantable”, aseguró. “Trabajaremos intensamente para solucionar los diferendos que quedan”, añadió.

Por otra parte, el 26 de febrero se reanudarán las conversaciones entre Irán y las grandes potencias.

La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, expresó el miércoles ante la ONU su esperanza de que Teherán muestre “flexibilidad” en estas negociaciones sobre su programa nuclear en Almaty.

Irán y el grupo de las grandes potencias (el llamado 5+1) sobre el programa nuclear iraní se reunirán el 26 de febrero en Almaty, Kazajistán, tras meses de interrupción y el fracaso de encuentros en Estambul, Bagdad y Moscú. Ashton encabeza esas negociaciones por el 5+1, es decir: los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Rusia y China) y Alemania.

Las grandes potencias sospechan que la República Islámica quiere dotarse de armas atómicas bajo la cobertura de su programa civil. La ONU y las potencias occidentales han impuesto a Irán una serie de sanciones.

Irán desmiente las acusaciones de las potencias occidentales sobre un posible uso militar de su programa nuclear, y afirma enriquecer uranio para producir electricidad e isótopos médicos, que se usan para diagnosticar ciertos tipos de cáncer.