Un estudio estadounidense confirmó que no existen diferencias psicológicas significativas entre hombres y mujeres.

La investigación – a cargo de Harry Reis, profesor de psicología en la Universidad de Rochester (Nueva York), y Bobbi Carothers, analista de datos del Centro de Ciencias del Sistema Público de Salud en la Universidad de Washington en St. Louis- determinó que las características que tradicionalmente se asocian con un sexo u otro no son tan marcadas.

“El sexo no es tan confinante a una categoría como nos quieren hacer creer los estereotipos e incluso algunos estudios académicos”, explicó Carothers.

Para llegar a esta conclusión, se analizaron datos de 13 sondeos anteriores, todos los cuales han mostrado importantes diferencias sociales entre hombres y mujeres. En total, se recopiló información sobre más de 13.000 personas, incluyendo una muestra de 109 hombres y 167 mujeres que los propios investigadores encuestaron.

En total, se observaron 122 variables diferentes, como fuerza física, actitudes sexuales, preferencias académicas, criterios de selección de un compañero y rasgos principales de la personalidad, entre otras cosas.

Los resultados, que fueron publicados en la edición de febrero de Journal of Personality and Social Psychology, mostraron que los hombres y las mujeres muestran distintas características físicas. Por ejemplo, los hombres son más altos que las mujeres y tienden a tener hombros más anchos.

Sin embargo, cuando se trata de rasgos psicológicos, hay bastante similitud.

En este sentido rasgos como la asertividad o la habilidad para las matemáticas, que se consideran como atributos “masculinos”, están presentes prácticamente al mismo nivel en las mujeres, por lo que no se puede decir que sean propiamente de un género. Asimismo, un hombre puede ser tan emotivo, comprensivo o empático como una chica.

Lo mismo pasa con la actitud en la relación de pareja. Según el estudio, hombres y mujeres generalmente buscan las mismas cualidades en un compañero/a y se comportan de manera similar frente al amor.

Carothers dice que tenemos tendencia a clasificar las cosas porque es más fácil, pero lo cierto es que las diferencias entre los individuos tienen poco que ver con su género y están dadas más por otros factores.