El dopaje es frecuente en todos los deportes en Australia, afirma este jueves un informe oficial que establece “paralelismos evidentes” con el caso Armstrong aunque sin detallar las disciplinas más afectadas ni dar nombres.

Los “imperativos jurídicos” explican que el informe no contenga ningún nombre y protejan a las federaciones examinadas, justició la Comisión Australiana del Crimen, agencia gubernamental encargada de la lucha contra el crimen organizado, terrorismo, tráfico de estupefacientes y blanqueo.

Anabolizantes, hormonas de crecimiento o insulina “son consumidos por los deportistas profesionales en Australia, suministrados por los médicos del deporte, los preparadores y los servicios técnicos”, denuncia el informe, que evoca un “uso extendido” probado o presunto.

“Las conclusiones son chocantes y van a asquear a los australianos amantes del deporte”, reaccionó el ministro de Interior, Jason Clare.

El documento de unas cincuenta páginas presentado el jueves establece “paralelos evidentes entre lo que se descubrió en Australia y la investigación de la Usada (la agencia norteamericana antidopaje) sobre Lance Armstrong”, que el mes pasado admitió haberse dopado para ganar siete veces el Tour de France (1999-2005).

El presidente de la Federación australiana de cricket James Sutherland salió de inmediato en defensa de su disciplina deportiva. “No existe ninguna prueba específica que permita acusar al cricket australiano”, dijo.

El jefe de la liga de rugby, Dave Smith, admitió por su parte que había jugadores y clubes involucrados.

“La información transmitida a la NRL (National Rugby League) concierne a más de un jugador y a más de un club”, dijo a la prensa.