Más de 100 armas, entre ellas fusiles y subametralladoras, y de 8.500 municiones, además de una decena de granadas, fueron incautadas por las autoridades venezolanas tras el desalojo de la cárcel de Uribana, en el estado Lara (noroeste), donde hace dos semanas fallecieron 58 personas durante un motín.

Fueron encontradas “un total de 106 armas de fuego, de las cuales 27 son revólveres, 5 escopetas, 62 pistolas, 4 subametralladoras, 8 fusiles, y también hay 4 chopos, que son armas de fabricación carcelaria” y una pequeña cantidad de droga, dijo la ministra de Asuntos Penitenciarios, Iris Varela, en una rueda de prensa transmitida por el canal estatal VTV.

“Además incautamos 12 granadas (…) y un rifle”, siguió la responsable, que manipuló varias de las armas mientras las mostraba a la prensa, y explicó que algunas incluso tenían miras “láser” y “de precisión”.

“La cantidad de municiones encontrada (fue de) 8.568 municiones de diferentes calibres”, añadió Varela, que en ocasiones anteriores ha admitido la existencia de “mafias” que permiten el ingreso de armamento a las prisiones.

Un motín que se produjo en Uribana el pasado 25 de enero, cuando las autoridades intentaban realizar precisamente una requisa en busca de armas dejó, según cifras oficiales, 58 fallecidos y decenas de heridos.

Entre los fallecidos hay un efectivo de la militarizada Guardia Nacional Bolivariana y un pastor evangélico, mientras que el resto eran presos.

La ministra, que aseguró que “todos los fallecidos fueron identificados y entregados a sus familiares”, insistió en que la reyerta se desató cuando grupos violentos de reos atacaron por igual a los guardias y a los presos que colaboraban con la realización de la requisa.

Dos días después del motín, la cárcel fue desalojada y sus casi 2.400 presos trasladados a otros penales del país, para proceder a la “requisa profunda” de la que este jueves se dieron los resultados.

Asimismo, Varela dijo que en aproximadamente “un mes y medio, o dos meses” se espera que estén de vuelta en Uribana algunos presos, una vez sean refaccionadas las instalaciones.

Las cárceles venezolanas sufren problemas de insalubridad, hacinamiento y violencia, y en muchos casos son controladas por bandas de reclusos fuertemente armados, que constantemente generan enfrentamientos internos.

Según la ONG Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), 591 presos fallecieron en las prisiones durante 2012, una cifra récord.