La muestra abierta en Montevideo del 16 de noviembre de 2012 hasta el 17 de febrero de 2013, lleva por título “Felisberto”, refiriéndose al pianista-narrador uruguayo Felisberto Hernández (1902-1964), una verdadera obsesión para el curador, Ricardo Loebell, que invitó a cinco artistas chilenos relevantes en la escena actual a producir obra a partir de sus cuentos. Así, “cada uno tomó un conjunto de rasgos específicos de la obra de FH para ponerlos en una nueva relación poética de su creación artístico-literaria”, explica.

Impulso inicial de esta propuesta –agrega Loebell– es “acercar este personaje de la producción histórico-cultural uruguaya a la sensibilidad artística chilena, pudiendo generar nuevos contactos para que a su vez artistas uruguayos sean invitados a Chile para revitalizar una interacción cultural entre ambos países”.

El curador ya había realizado un ejercicio previo, durante OFF Chacoff, feria de arte contemporáneo alternativa de Santiago, a fines de setiembre y comienzos de octubre de 2012, cuando expuso en Espacio 44 obras del Colectivo La Unión (Rosario Ateaga y Andrés Vial, entre otros) basadas en narraciones de FH. Entonces se editó un registro en DVD que también se está mostrando en el EAC.

Junto a la exposición en Uruguay, se realizó en diciembre el foro internacional INTENSA, donde participaron –entre otros artistas y curadores– Rodrigo Alonso, Graciela Taquini, Teresa Riccardi y Ricardo Loebell. “En principio, se debatió sobre metodologías curatoriales. Ahí se mencionó que mi trabajo había sido realizado en la mirada al detalle. Se creyó en un momento que los artistas habían desarrollado mi biografía, ya que al explicar el proceso tuve que definir lo que FH había causado en mi persona. Profundicé en algo que vengo desarrollando y que tiene que ver con la durabilidad del tiempo, que no es congruente con su medición objetiva y que a través de las lecturas de FH se fue acentuando casi mecánicamente”, dice el teórico.

- ¿Por qué el interés de hacer esta muestra?
- Hace tiempo que jugaba con la idea de vincular a artistas de países diferentes a través de un tema particular. Partí interesado en vincular el discurso histórico estético de la siquiatría en una muestra que debía itinerar por Buenos Aires-Montevideo-Asunción-Lima-La Paz y Santiago. El proyecto se fue aplazando hasta que retomé una antigua ruta que siempre me ha interesado, que se puede definir como “mediación estética entre arte y literatura”. En Chile hay una vasta tradición desde autores como Augusto d’Halmar, Pedro Prado, Nicanor Parra, Enrique Lihn, Federico Schopf, Gonzalo Millán y Juan Luis Martínez, entre otros.

- ¿Por qué Felisberto Hernández?
El autor uruguayo fue siempre un modelo de esta mediación. Escribir desde la coloratura musical, del cromatismo pictórico a través de las influencias de la época, desatada sobre todo por la cercanía de su segunda mujer, la artista Amalia Nieto, en cuyo espíritu se cruza la estética de Joaquín Torres García. Pero su escritura se desarrolla en una esfera que remite al lector a su propia vida y no a la del autor. Esto significa que el artista al que le encomendaría leer a FH, tendría que encontrarse con su propio relato vital y desde su profundidad gestar la obra. De ahí partió la idea. FH describe la vida y los hechos como un genuino espectador, cuyo carácter fenoménico trasciende en la propia experiencia. El vínculo que tenemos con la naturaleza y los objetos se disipa con el crecimiento y se desarrolla en una rigurosa pero absurda frontera a la que se atiene el sujeto cartesiano pensante. No es casual que haya influenciado a Cortázar y García Márquez y que Ítalo Calvino lo descarte de una posible definición.

- ¿Cómo se gestionó el lugar?
El Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay abrió un concurso en 2011 para una curatoría del extranjero. Rodrigo Zamora, que había expuesto ese año en el Subte Municipal de Montevideo, me lo comunicó y organicé el proyecto junto a él. En enero de 2012 fue seleccionado para la Temporada 9 en el EAC.

- ¿Cuál ha sido la reacción del público?
FH está incorporado al imaginario cultural del uruguayo. Por un lado he observado que el público percibe una operación contemporánea realizada por artistas extranjeros sobre la obra de un personaje legendario con el que están familiarizados. Ha habido comentarios en la prensa, sin embargo, pienso que dentro del ámbito cultural de Uruguay no se ha decantado aún. Los que se enteraron lo tomaron con sorpresa. En Montevideo se está montando una obra de teatro sobre la tercera mujer de FH, África de las Heras, basada en una obra de Roberto Echavarren, “África, la muñeca de Felisberto”, que tiende a un carácter biógráfico algo distorsionado, pero que no da cuenta con la obra de FH, y que narra parte de la vida de la espía soviética.

- ¿Se planea itinerar?
Como Montevideo es capital cultural 2013 conversé con Hugo Achugar (Director de Cultura del MEC) para itinerar al interior del país. Lo otro es llevarla a Asunción y Buenos Aires, donde el artista sigue siendo “ríoplatense” y significativo para el imaginario de los argentinos. También una posibilidad es Brasil, donde se está planificando el rodaje del filme “La Casa Inundada” de FH.

Felipe García-Huidobro se detiene en la travesía a Chile por la Cordillera, que realiza Felisberto a temprana edad, narrada en “Tierras de la memoria”. Con material de afiches callejeros produce una obra que connota la estratificación del tiempo o formaciones montañosas, mediante capas sucesivas encoladas.

Andrea Goic establece una relación histórico-subliminal entre Luis Buñuel y FH, a partir de los instantes de silencio en la obra “Ensayo de un crimen” del cineasta español y la labor del uruguayo como pianista de cine mudo.

Carolina Ruff creó ocho “monocordios” en la sala, equivalentes a los semitonos del piano, aludiendo también al silencio en pasajes de la obra del autor uruguayo. La artista establece un lenguaje arquitectónico, ya que al pulsarse las cuerdas se producen sombras sonoras en el espacio, sonidos que nombran y hablan del lugar.

Pedro Tyler somete su video a la lectura de “La Envenenada”, relacionando el plano horizontal del fin de la vida de un individuo y su simbólico ascenso en un plano vertical de la imagen celeste: el artista chileno-uruguayo registró tres estelas de aviones, en Montevideo, San Felipe y Londres, que se ven en la parte superior de la pared.

Rodrigo Zamora experimenta con tinta china y distintas materialidades a partir de una lectura de “Mur”, jugando con la analogía de la traducción de una frase realizada palabra por palabra. El paisaje es discontinuo e imaginarias son las sombras de sus proyecciones. El artista relaciona el proceso de traducción de la imagen al sonido, cuya labor se conoce de FH.